FUENTE: www.biobiochile.cl

AUTOR: Camilo Suazo

Fue en 2020 cuando científicos crearon los xenobots, unos minúsculos robots desarrollados a partir de células vivas de una rana africana llamada “Xenopus laevis”.

Los resultados de la investigación se publicaron el 13 de enero en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

“Estas son máquinas vivientes novedosas”, señaló en aquella oportunidad Joshua Bongard, científico informático y experto en robótica de la Universidad de Vermont, quien codirigió la investigación.

“No son ni un robot tradicional ni una especie de animal conocida. Es una nueva clase de artefacto: un organismo vivo y programable”, añadió.

En efecto, a diferencia de los tradicionales robots que han desarrollado compañías como Boston Dynamics, los xenobots se asemejan más a una pequeña gota en movimiento.

Miden apenas 1 mm y están formadas por células recolectadas en embriones del animal que se encuentra en charcos y arroyos del África Sahariana. Pueden sobrevivir en ambientes acuosos sin nutrientes adicionales durante días o incluso semanas.

De acuerdo a medios especializados como Science Daily, las nuevas criaturas fueron diseñadas en una supercomputadora en la Universidad de Vermont para luego ser ensambladas y probadas por expertos de la Universidad de Tufts, ubicada en Somerville, Medford, cerca de Boston.

Michael Levin, quien dirige el Centro de Biología Regenerativa y del Desarrollo en Tufts y co-líder del estudio, destacó que con estos xenobots se pueden plantear diversas aplicaciones útiles que “otras máquinas no pueden hacer”.

Aunque por ahora sólo pueden nadar y curarse a sí mismos, dentro de los usos que se le podría dar está el de “buscar compuestos desagradables o contaminación radiactiva, además de recolectar microplásticos en los océanos, transportar medicamentos dentro de cuerpos humanos o hasta viajar a nuestras arterias para raspar las placas”.

A poco más de un año de su anuncio, los científicos han presentado una nueva generación de xenobots, los que cuentan con diversas mejoras, como ser más rápidos, tener la capacidad para navegar por diferentes entornos y vivir más tiempo que sus antecesores.

Junto con lo anterior, desde Science Daily destacan que estos xenobots 2.0 pueden registrar información de su entorno, así como también pueden cerrar la mayor parte de una laceración severa de larga longitud a la mitad de su grosor en cinco minutos posteriores a la lesión.

“Cuando incorporamos más capacidades a los bots, podemos usar las simulaciones por computador para diseñarlos con comportamientos más complejos y la capacidad de realizar tareas más elaboradas”, indicó Bongard.

“Podríamos diseñarlos potencialmente no solo para informar las condiciones en su entorno, sino también para modificar y reparar las condiciones en su entorno”, añadió.

Lo investigadores destacan que los xenobots podrían ayudar a aprender más sobre biología celular, la longevidad y la salud humana en general.

“Una cosa que los xenobots y las versiones futuras de los bots biológicos pueden hacer, y que sus contrapartes de metal y plástico tienen dificultades para realizar, es construir su propio plan corporal a medida que las células crecen y maduran, y luego repararse y restaurarse si se dañan. La curación es natural característica de los organismos vivos, y se conserva en la biología de los xenobot”, detalló Levin.


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