Robots, drones e inteligencia artificial harán que el trabajo en la huerta esté totalmente automatizado en muy pocos años. Estas son cinco de las máquinas que lo harán posible

FUENTE: www.elconfidencial.com

AUTOR: Omar Kardoudi

Muchos expertos aseguran que estamos muy cerca de conseguir explotaciones agrícolas mayoritariamente autónomas. Robots, drones e inteligencia artificial van a dejar de ser conceptos que solo manejan los ‘nerds’ para convertirse en una herramienta fundamental en la agricultura extensiva.

Uno de esos expertos es el profesor Girish Chowdhary, director del Laboratorio de Sistemas Autónomos Distribuidos (Daslab) de la Universidad de Illinois, que estudia el impacto del aumento de la tecnología en el futuro de la agricultura. «Una granja va a necesitar diferentes tipos de robots», dice el profesor Chowdhary en declaraciones a la BBC. «Algunos serán muy pequeños, otros serán grandes, quizá incluso tan grandes como una cosechadora. Habrá un sistema autónomo que coordine este equipo de robots, diciéndoles lo que tienen que hacer para llevar a cabo las distintas tareas».

Además de los robots, el profesor Chowdhary afirma que otra máquina indispensable en el campo será el dron. «Los drones son realmente buenos para cubrir mucho espacio», dice. «Pueden ir a algún sitio y rociar algo, o hacer una foto, muy rápidamente» Vamos a ver algunos ejemplos de estos robots y drones capaces de desarrollar su trabajo sin apenas intervención humana.

El recolector de fruta que vuela

El recolector de frutas que vuela. (Tevel)
El recolector de frutas que vuela. (Tevel)

El robot recolector de la empresa israelí Tevel es un dron que va enchufado mediante un cable a un vehículo de seguimiento y que tiene un brazo robótico que le permite recoger distintos tipos de frutas imitando el movimiento de la mano humana.

También se sirve de la inteligencia artificial para realizar su trabajo. Utiliza un algoritmo de reconocimiento de imágen para identificar si la fruta está madura o no y clasificarla por tamaño. Otro que le sirve para calcular la trayectoria ideal y ejecutar el movimiento que tiene que hacer el brazo del robot para coger la fruta, calculando también la presión que tiene que ejercer para arrancarla sin dañar la planta. Y finalmente otro que analiza el árbol y gestiona la flota de robots para que trabajen eficientemente.

Tevel no oculta que su tecnología puede acabar con muchos puestos de trabajo, de hecho la vende como el sustituto más rentable de los jornaleros humanos. En su página web afirman que puede trabajar día y noche, no requiere visado, comida, alojamiento o seguro médico.

Según afirma la compañía, el año que viene se llevarán a cabo pruebas piloto en España, Estados Unidos e Italia en plantaciones de manzanos de más de 100 hectáreas.

El robot de Huelva que coge fresas

Recoge fresas sin dañarlas. (Agrobot)
Recoge fresas sin dañarlas. (Agrobot)

El E-Series es un robot experto en la recolección de fresas. Tiene una gran plataforma con ruedas en su base y cuenta con hasta 24 brazos robóticos independientes que trabajan conjuntamente. Según sus creadores, son capaces de agarrar, cortar el tallo y colocar la fruta en el contenedor con suma delicadeza para no dañarla.

Aunque la plataforma es grande, Agrobot —la compañía onubense detrás de este robot— asegura que su configuración es flexible y puede adaptarse a cualquier terreno agrícola. También cuenta con unos sensores integrados para captar todos los detalles y un algoritmo de reconocimiento de imágenes que le permiten evaluar el punto de madurez de la fruta.

También incorpora, según sus creadores, unos sensores LiDAR que ayudan a crear un perímetro virtual que detiene la cosechadora si alguien entra dentro. El E-Series todavía está en fase de rodaje y anda a la búsqueda de compañías que le permitan realizar pruebas antes de salir al mercado.

Sembrar y quitar malas hierbas sin romperse el espinazo

El FD20 parece un 'rover' de la NASA. (Farmdroid)
El FD20 parece un ‘rover’ de la NASA. (Farmdroid)

El FD20 no es un droide que se ha escapado de un rodaje de ‘Star Wars’, es un robot que siembra y elimina las malas hierbas de los cultivos sin emitir CO2 y de forma totalmente autónoma.

Este robot, creado por la compañía danesa FarmDroid, no utiliza cámaras para hacer su trabajo, sino que se vale de la precisión del navegador por satélite RTK para identificar el lugar exacto donde ha plantado cada semilla. Con esa información sabe exactamente dónde puede y no puede limpiar.

El FD20 es totalmente eléctrico y funciona con unas baterías alimentadas por un gran panel solar que tiene en la parte superior. Sus creadores afirman que este robot no necesita ninguna fuente de carga extra. “Puedes dejarlo en el campo al principio de la temporada y recogerlo cuando termine”, afirma Eddie Piedersen, el director de ventas en Europa de la compañía.

El dron de campo

Volocopter es una empresa alemana dedicada a la fabricación de drones eléctricos de carga y de transporte. Según afirman, su versión para el campo se puede adaptar para usos como el fumigado, el sembrado o la protección contra las nevadas.

Además, según asegura la compañía, tiene una capacidad de carga de hasta 200 kilos que se puede utilizar para el transporte de todo tipo de utensilios y mercancías. Aunque la empresa alemana lleva años en el mercado con otros modelos, su dron agricultor está todavía en fase de pruebas.

Un robot con las ruedas pegadas a la tierra

Terrasentia es un robot creado por investigadores de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos. Tiene un tamaño bastante pequeño, es ligero y trabaja a ras de suelo para analizar en tiempo real el estado de las plantas. Es capaz de medir su desarrollo, identificar enfermedades y estimar la producción conectándose a una base de datos en la nube. Además puede actuar solo o en conjunción con otros robots para realizar análisis más detallados. Uno de los objetivos de los invesitgadores es que estas máquinas no tengan un coste demasiado alto para que puedan ser accesibles para todo el mundo.

«Aunque los drones se utilizan habitualmente para ver los cultivos, solo pueden ver lo que hay en la superficie. Necesitábamos los medios para medir la planta desde el suelo», comenta Stephen Long, director del proyecto. «TerraSentia nos ha proporcionado esta capacidad y también puede detectar muchas condiciones patológicas que quedan ocultas cuando se ve el cultivo solo desde arriba».


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