La contaminación de los océanos por los residuos submarinos es un problema global. En una innovadora respuesta, un equipo de científicos alemanes implementó un avance en robótica.
FUENTE:noticiasambientales.com
Se trata de parte del proyecto europeo SEACLEAR 2.0, un sistema autónomo para la limpieza de estos desechos. Este sistema, que combina drones, un barco de servicio y robots submarinos, demostró su eficacia en el puerto de Marsella, Francia.
Un enfoque integral para la limpieza
El sistema diseñado por un equipo de la Universidad Técnica de Múnich (TUM), está diseñado para operar de manera autónoma en zonas portuarias, que suelen tener una alta concentración de desechos. Entre ellos, redes de pesca, bicicletas y neumáticos.

Un dron se encarga de detectar la basura en la superficie del agua, mientras un barco no tripulado sirve como centro de control, proporcionando energía y conectividad a los demás robots.
Para los residuos sumergidos, un pequeño robot submarino escanea el fondo marino usando cámaras y sonar. Una vez identificada la basura, la inteligencia artificial (IA) analiza los datos y procesa una imagen 3D del objeto para determinar la mejor forma de agarrarlo.
A continuación, un robot buceador equipado con una pinza de cuatro dedos se sumerge para recoger el objeto, con la capacidad de levantar hasta 250 kg.
Sensores en la pinza garantizan un agarre preciso para evitar dañar los objetos. Finalmente, un cabrestante sube el robot y la basura a la superficie.
La embarcación de servicio funciona como centro de control desde el que operan los robots. Suministra energía a ambos robots mediante un cable y establece una conexión de datos con ellos. Hasta ahora, las pruebas en el puerto de Marsella, en el sur de Francia, fueron exitosas.

Según los investigadores, el sistema es rentable para operaciones en profundidades superiores a 16 metros, lo que lo convierte en una solución viable para enfrentar el desafío de la basura marina.
Los países que más contaminan los océanos
Tras su ciclo de vida, la mitad de estos residuos tiene una segunda vida, se incinera o deposita en vertederos, pero gran parte del resto termina en los mares. Con el problema de que pueden tardar hasta 500 años en degradarse.
La mayoría procede de los ríos, que reciben los residuos de las ciudades. En este sentido, a partir de la investigación liderada por Lourens J.J. Meijer, Statista elaboró un gráfico en el que se expone cuáles son los países que más contaminan.

Según el estudio, los países con áreas geográficas pequeñas, costas más largas, alta pluviosidad o sistemas deficientes de gestión de residuos son más propensos a verter plástico al océano.