El objetivo de este robot era medir con precisión la masa global de fitoplancton. Los resultados afirman que se está produciendo un fuerte incremento de los ‘blooms’.
FUENTE:elconfidencial.com
AUTOR: R. Badillo
La comunidad científica celebra un avance decisivo en el estudio de la salud de los océanos tras el despliegue de un robot canadiense capaz de medir con precisión la masa global del fitoplancton. Estas diminutas criaturas, esenciales para la producción de oxígeno y la captura de carbono, han sido objeto de análisis a través del programa BioGeoChemical-Argo (BGC-Argo), una red internacional de sensores marinos que ofrece una visión inédita del funcionamiento de nuestro planeta.
El estudio, publicado en la revista PNAS, confirma que la biomasa total de estos microorganismos asciende a 346 millones de toneladas, una cifra comparable al peso de unos 250 millones de elefantes. Según explica el investigador principal, Adam Stoer, en una nota de prensa, “este sistema global de robots es clave para comprender cómo responderán los océanos a un planeta cada vez más cálido”.
La paradoja de los ‘blooms’ de fitoplancton
El fitoplancton constituye la base de la cadena alimentaria oceánica y desempeña un papel crucial en el equilibrio atmosférico. A través de la fotosíntesis, convierte la energía solar en materia orgánica y libera oxígeno, al tiempo que absorbe grandes cantidades de dióxido de carbono (CO₂). Su abundancia lo convierte en un regulador natural del clima, aunque su observación resulta extremadamente compleja debido a su tamaño microscópico y distribución variable.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fdec%2F6f2%2F83d%2Fdec6f283db6a65bc7ed7b6af5b259225.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fdec%2F6f2%2F83d%2Fdec6f283db6a65bc7ed7b6af5b259225.jpg)
El fenómeno que los investigadores no esperan encontrar fue el incremento de los blooms de fitoplancton, que son concentraciones masivas que pueden resultar beneficiosas para la pesca, pero que también generan graves desequilibrios. Cuando se producen en exceso, consumen el oxígeno del agua y liberan toxinas que ponen en riesgo a peces, mamíferos y aves marinas. Algunos de estos eventos son tan extensos que pueden observarse desde el espacio, lo que evidencia la magnitud del problema ambiental.
Robots que viajan bajo las olas
Hasta ahora, las estimaciones dependían de observaciones satelitales que solo captaban una parte de estos organismos. Con el uso de los robots de BGC-Argo, los investigadores disponen por primera vez de una herramienta capaz de registrar datos directos desde el interior del océano, incluso en regiones inaccesibles. Esta información es esencial para entender cómo afectan los cambios de temperatura, acidez y nutrientes a su crecimiento y supervivencia.
Los ingenios autónomos del programa BGC-Argo operan en las profundidades marinas sin intervención humana. Cada uno está equipado con sensores capaces de registrar la concentración de oxígeno, el pH del agua, los niveles de nitrato, la presencia de clorofila y la cantidad de luz solar que penetra en la superficie oceánica. Esta tecnología permite elaborar un retrato preciso del estado biogeoquímico del mar y su papel en la regulación climática global.








