FUENTE:infobae.com

AUTOR:Juan Manuel Godoy

La exploración de los océanos se ha convertido en una tarea crucial para entender mejor nuestro planeta. Con el 70% de la superficie terrestre cubierta por agua, mucho de lo que yace bajo la superficie sigue siendo un misterio. La magnitud y profundidad de los océanos han planteado un desafío significativo para los investigadores, lo que hace que tecnologías avanzadas sean indispensables para explorar estas áreas inaccesibles para los humanos.

La necesidad de explorar los océanos va más allá de la curiosidad científica; estos inmensos cuerpos de agua juegan un papel vital en la regulación del clima, la biodiversidad y el sustento de numerosas comunidades costeras. Las innovaciones tecnológicas permiten a los científicos obtener datos precisos y detallados, esenciales para la conservación y manejo sostenible de los recursos marinos. La capacidad de llegar a profundidades extremas y recopilar información en tiempo real representa un avance crucial para entender y mitigar el impacto del cambio climático y otras amenazas ambientales.

Video: Cómo es el pez robot suizo que recolecta ADN del mar y para qué se utilizan sus muestras

Más allá de las orillas del Lago de Zúrich, estudiantes de ingeniería del ETH están revolucionando el estudio de nuestros océanos. A unos 400 kilómetros del mar más cercano, estos jóvenes ingenieros han desarrollado “Eve”, un robot pez que promete ofrecer datos valiosos sobre los ecosistemas marinos. “Al hacer que Eve parezca un pez, podemos ser mínimamente invasivos en el ecosistema que estamos estudiando”, explicó el estudiante de maestría Dennis Baumann a CNN. La biomimética de este robot, inspirada en los peces reales, le permite integrarse sin molestar a otras especies marinas.

Eve opera de manera discreta y no invasiva gracias a su diseño biomiméticoEve opera de manera discreta y no invasiva gracias a su diseño biomimético

El diseño de Eve no solo tiene el beneficio de ser discreta en el agua, sino que también está equipada con una cámara para filmar y sonar, combinados con un algoritmo que le permite evitar obstáculos. Eve es la última de una serie de robots pesce diseñados por el grupo SURF-eDNA. Además, este vehículo autónomo submarino, o AUV (por sus siglas en inglés), cuenta con un filtro destinado a recolectar ADN ambiental, conocido como eDNA, a medida que nada por el agua. Martina Lüthi, investigadora postdoctoral del ETH de Zúrich, explicó a CNN: “Todos los animales en el entorno sueltan su ADN, por lo que hay ADN flotando que podemos encontrar.”

Actualmente, los métodos de muestreo de eDNA pueden ser rudimentarios, con científicos a menudo recogiendo agua en una taza desde el borde de un bote. Estas herramientas más avanzadas, como los vehículos autónomos submarinos y los robots operados remotamente, están siendo cada vez más utilizadas para explorar los océanos y estudiar sus habitats. Este tipo de innovación podría ser crítica para proteger mejor nuestros océanos, que enfrentan amenazas sin precedentes debido al cambio climático y la sobrepesca. El desarrollo de drones con forma de peces payaso por la startup californiana Aquaai, diseñados para recolectar información sobre oxígeno, salinidad y niveles de pH en cuerpos de agua.

La visión detrás de Eve y otros AUVs es clara: proporcionar a los científicos herramientas fiables para obtener una imagen más detallada de los océanos y sus habitantes. “Queremos construir una herramienta confiable para los biólogos”, dijo Baumann, añadiendo que esperan que su tecnología algún día sea accesible para cualquier científico que desee usarla. “Quizás podamos evitar que las especies se pongan en peligro o desaparezcan”, añadió.

Eve puede evitar obstáculos bajo el agua gracias a algoritmos inteligentesEve puede evitar obstáculos bajo el agua gracias a algoritmos inteligentes

Debido a que más del 70 % de nuestro planeta está cubierto por océanos, y mucho de lo que yace debajo de su superficie sigue siendo un misterio, avances como Eve son vitales. El año pasado, un rover capturó el pez grabado a mayor profundidad de la historia, a 8.300 metros (27 230 pies) de profundidad. Esta clase de exploraciones abre nuevas oportunidades para conocer mejor la biodiversidad y las complejidades de estos ambientes acuáticos.

Eve, el robot pez, representa una promesa para la ciencia marina. Su capacidad para recolectar eDNA y operar de manera autónoma en el agua podría transformar la manera en que entendemos y protegemos nuestros ecosistemas marinos.


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