Llora, patalea, forcejea, se retuerce, aprieta la boca y reacciona como un niño. Se llama Pedia Roid y es un robot humanoide creado por la empresa japonesa Tmsuk para imitar el comportamiento de los más pequeños en la consulta del dentista. Sus movimientos, tan fieles a la realidad que asustan tanto como maravillan, son un logro de Festo, proveedor de herramientas de ingeniería y soluciones de automatización industrial, que ha aportado su tecnología piezoeléctrica.
FUENTE: www.interempresas.net
Entre el 60% y el 90% de los niños tiene caries, según la OMS, pero sin embargo odian ir al dentista. Su fobia se manifiesta en el sillón de las consultas de la manera más sorprendente, por ello, es importante que los dentistas y auxiliares estén preparados para afrontar todas las reacciones posibles derivadas del nerviosismo y el miedo de los más pequeños al someterse a tratamientos que pueden ir desde una simple revisión o un empaste hasta una cirugía algo más compleja.
La formación en medicina dental y en cirugía oral difícilmente puede llevarse a cabo con personas reales. Pedia Roid nace precisamente para que los futuros dentistas y auxiliares puedan practicar de manera realista antes de empezar a ejercer.
Resistente y versátil
El pequeño robot mide 110 centímetros y pesa 23 kilos, tiene la apariencia de un niño de 5 años pero está programado para desesperar con sus manifestaciones emocionales al más paciente de los dentistas experimentados y poner a prueba al más osado de los estudiantes. En su interior, aguarda al acecho un amplio repertorio de reacciones y movimientos.
La misión de los futuros dentistas es llevar a cabo los tratamientos odontológicos; la del pequeño humanoide, poner palos en las ruedas. No se rinde y está preparado para aguantar: su estructura neumática le aporta resistencia y versatilidad, de manera que permite a los estudiantes incluso sujetarle las extremidades durante las simulaciones de algunos tratamientos sin riesgo de dañar sus mecanismos. Tan real como reducir a un niño de verdad sin hacerle daño.
Simulación realista
El secreto de sus movimientos simulados a la perfección, desde los más suaves a los más bruscos, está en la tecnología piezoeléctrica que ha aportado Festo con sus reguladores de presión proporcional VEAA y VEAB. Estos controlan la mayoría de los 24 cilindros neumáticos de Pedia Roid, que son los que ejecutan los movimientos de los brazos, las piernas y los dedos, así como también los gestos de la boca, los párpados y el iris.
Su realismo impresiona y despierta la curiosidad de cualquiera pero, ante todo, este robot humanoide es una herramienta revolucionaria en el campo de los robots de simulación para la formación en el ámbito de la medicina.
De momento, ya está prevista la producción de los 50 primeros robots para la especialización de odontología, que empezarán a utilizarse en universidades de Japón, el Sudeste Asiático y Oriente Medio.