FUENTE: www.mundodeportivo.com
AUTOR: Roberto Cantero
Una curiosa aleación conforma una pieza de tecnología realmente sorprendente.
Científicos de la Universidad Johannes Kepler, localizada en la ciudad austriaca de Linz, han conseguido crear pequeños robots capaces de correr, nadar y saltar a velocidades fuera de lo normal. La investigación, publicada en el medio digital Nature, muestra cómo este invento ha conseguido alcanzar una velocidad de 70 BL/s, que podría traducirse como longitud de cuerpo por segundo, superando con creces al animal más rápido del planeta, el guepardo, capaz de llegar únicamente a los 23 BL/s. No han sido aún probados en desplazamientos por el interior del cuerpo como lo hacen los robots de la Universidad de Vanderbil, pero resultan muy curiosos.
Robots enanos que son capaces de sobrepasar las capacidades del animal más veloz de la Tierra
Para hacerte una idea de la velocidad del robot, y conociendo que 1 BL/s equivale a algo más de 6 kilómetros por hora, podríamos decir que consigue desplazarse a unos 450 kilómetros por hora. Sin embargo, la realidad es que estos pequeños dispositivos únicamente miden unos pocos milímetros, con lo que su capacidad de desplazamiento es bastante limitada.
En este caso, estamos ante los llamados robots blandos, que son aquellos que están construidos con materiales flexibles como polímeros y que poseen la capacidad de memorizar su forma y modificarla a través de cambios de temperatura.
Los robots, además, están fabricados en un material denominado como galinstano, una aleación de metal líquido compuesta por estaño, galio e indio. La razón que se esconde tras la elección de este material la ofrece Guoyong Mao, doctor de la Universidad Johannes Kepler, en declaraciones recogidas por el medio digital Ars Technica: «La propiedad más importante de este material es que se comporta como un líquido a temperatura ambiente, mientras que posee una alta conductividad, haciéndolo muy útil para fabricar bobinas blandas y deformables».
La utilidad de este tipo de robots blandos, además de la medicina del futuro con la inclusión de los mismos en el interior del cuerpo humano en tareas a las que otras máquinas no pueden llegar, podría llegar en la eliminación de los desechos de plástico de los océanos o en el estudio de las superficies de la Luna y de Marte. Estos diminutos dispositivos, que resultan ser inalámbricos, aún tienen un largo desarrollo por delante y un futuro prometedor para el ser humano.