Damián Villaronga, CEO de Funiversity, comparte con los lectores de IguanaRobot la renovada propuesta de valor de su organización, y aprovecha la instancia para transmitir su mirada en torno a la necesidad de apuntar al lado humano para cimentar tecnologías como la robótica. “Va a haber una necesidad imperiosa de reconocernos más humanos”.

FUENTE: IguanaRobot

AUTORES: Catalina Seguesa y Alberto Maturana

Desde Córdoba, Argentina,  Damián, nos compartió su visión sobre robótica, tecnología y el desarrollo de los niños y jóvenes.

Damián, ¿qué es Funiversity?

– El proyecto inicia como un Instituto de Capacitación Tecnológica. Antes de la pandemia, la oferta era presencial y tenía algunas de las propuestas que tiene hoy. El principal objetivo era introducir la robótica al interés de los niños. Luego, con la pandemia, hubo una conversión a lo digital, y hoy nos consideramos una Comunidad de Aprendizaje Online – quizás en este momento la más grande de Latinoamérica-, donde compartimos espacios de aprendizaje que abordan a la tecnología a partir de las competencias que hoy se requieren en el mundo digital. Es decir, buscamos complementar el área de conocimientos digitales con las  “habilidades blandas”, o “aprendizajes socioemocionales”, donde encontramos neurociencia, aprendizaje emocional, un poco de tecnología. ¿Cómo? a partir de los intereses de quienes nos eligen. Todos somos inteligentes en algo y nosotros creemos que los niños tienen diferentes intereses: arte, computación, deportes. A partir de esto, los invitamos a caminar distintos trayectos, aumentando el nivel de complejidad y de alguna manera, todos terminan aprendiendo en conjunto.

Gentileza: Funiversity

¿Desde donde viene el interés de enseñar estos temas? ¿Cómo nace la propuesta?

– Esto nace desde dos puntos. Lo principal fue nuestra preocupación por la oferta educativa en el país y Latinoamérica. En segunda instancia, ambos socios fundadores somos padres, entonces también agregaría la preocupación del futuro que les vamos a dejar a nuestros hijos, y a todos los niños y niñas de hoy.

 

¿Cómo fue la educación de ustedes en torno a estos temas de robótica y tecnología? ¿influyó al momento de pensar este proyecto?

– Mi experiencia en el rubro de la educación a distancia, es de más de 18 años, donde fui representante legal de formación a distancia para adultos. Mientras que el otro socio fundador, Leonardo Vélez, se encarga del área de innovación y tecnología, con muchos años de experiencia en el sector. Es en esa conjunción, más los profesionales que se han incorporado y los conocimientos que ha adquirido el equipo de más de 55 colaboradores directos, que surge la propuesta que hoy tenemos.

Foto: Entrevista IguanaRobot vía Zoom

¿Cómo visualizas el futuro de los niños? ¿Lo digital va a ser parte de su lenguaje, o hay algunos que se van a especializar más en estas disciplinas?

– Es una pregunta ambiciosa. Te puedo hablar desde lo que he visto en mi experiencia. Primero, nos tendríamos que poner de acuerdo en qué entendemos por Nativo Digital, ¿ya vienen con conocimientos incorporados, o son personas a las que les resulta más fácil el uso de la tecnología? Me gusta pensar que son seres a los que les resulta más común el uso de la tecnología, no así más inteligentes que las generaciones anteriores. Parto de la base que, si a un niño de 2 años le das un aparato tecnológico hoy, probablemente sabrá desbloquearlo y rápidamente encuentre algo que le interese. Pero, si a ese mismo niño, le das una revista,  probablemente no sepa dónde encontrar algo de entretención o incluso no sepa cómo pasar bien las hojas. Acá se presenta un fenómeno muy interesante, que tiene que ver con la memoria cognitiva- memoria social- genética, que demuestra una clara evolución en el ser humano en cuanto a hábitos que se hicieron normales.

Por otro lado, desconocemos lo que estamos a punto de empezar a vivir en el ámbito de la tecnología, que nos planteará un mundo con desafíos diferentes donde hay gente que se va a adaptar, pero también va a haber gente que no se especialice en lo tecnológico, sin embargo, va a destacar en cuanto a lo humano. Me parece que esos niños también tendrán un espacio importante en el mundo, porque va a haber una necesidad imperiosa de reconocernos más humanos. La tecnología nos atraviesa y en esa experiencia va a haber quienes sepan usarla y quienes la entiendan y sean capaces de crearla.

 

Ese planteamiento es interesante, ya que en IguanaRobot hemos conocido personas que, inspiradas en las posibilidades de la tecnología, se sumergen de lleno en ese mundo. Pero tu mirada va más hacia el lado, considerando, cómo se aprende, las adversidades y las diferentes inteligencias. Es decir, vas más hacia lo humano que a lo tecnológico.

– Claro, ahí tenemos el foco nosotros y creemos que ese es el valor de nuestra propuesta. Imagina un niño que está en la pre-adolescencia, se maneja casi a la perfección en el celular, los errores que comete son solo por la inmediatez de su demanda, el querer terminar rápido de ver el video, comprar cosas en juegos para pasarlos más rápido. Ahí se ve la ansiedad genérica de la sociedad, y por otro lado, la poca disposición al fracaso o error, que se convierte en resiliencia.

En Funiversity hablamos de resiliencia, empatía, trabajo en equipo, respeto, hablamos de confianza, liderazgo, eso requiere el mundo hoy. Frente a la frustración, podríamos pensar “eso no es para mi”. Y no, no todo en la vida es como la aplicación o Google que te entrega todo de inmediato en tu mano. Hay una parte de la vida que sí es así, pero hay otra, muy amplia, que requiere de procesos y procesar, como los duelos, el entendimiento y el aprendizaje. Los que son capaces de trabajar en redes humanas, el intercambiar ideas y saberes, serán más ricos intelectualmente hablando. A medida que aumente la tecnología, respetarnos, ser más empáticos y aprender cuando estamos juntos, serán habilidades muy necesarias. Es vital ese equilibrio para poder adquirir las habilidades para desarrollar las tecnologías de una buena manera.

 

En cuanto a la creación de Funiversity ¿qué viviste en tu adolescencia o niñez que te motivó a trabajar en este ámbito?

Si me tuviera que remontar a las carencia de ofertas de valor en mi niñez, y viéndolo ahora como padre, ahí surge un combustible, pero la verdad es que lo que plantea hoy nuestra propuesta ha ido evolucionando.

Hay un libro que me regaló mi socio, Vélez, llamado Crear o morir, de Oppenheimer, a partir del cual surgen conversaciones sobre cuánto nos preocupaba el sistema educativo y cómo estábamos preparando a nuestros hijos para el futuro. Ahí ya empezamos a cuestionar la forma en la que se estaba desarrollando la educación. Oppenheimer anticipó todo lo que hoy ya está pasando. No es algo menor que un periodista a través de un trabajo de investigación, anticipe, hace 10 años la realidad de hoy, como la virtualidad, el teletrabajo, la impresión 3D o internet como campo que modifica nuestras experiencias. Entonces, a partir del libro comenzamos a hablar y dijimos “si esta persona está acertada, y que al haberlo estudiado a él, sabemos que lo que dice no es improvisado, sino que tiene respaldo, dijimos que había que hacer algo con esto, porque claramente el mundo no está preparado para lo que se viene”. Eso sin saber que se venía una pandemia que aceleró 5 años los avances tecnológicos.

 

¿Cómo ves nuestra realidad latinoamericana y cómo conectarla con lugares más desarrollados del mundo? ¿Quiere Funiversity expandirse al mundo?

– Sí, vemos lo que está haciendo Europa en cuanto a las tendencias. Pero nuestro enfoque va más hacia las necesidades que a las diferencias. Sabemos que tenemos un retraso respecto a la adopción de cambios más importantes, pero también sabemos que hay mucha materia prima aquí, hay recursos y personas con saberes importantes. Tenemos entrenamiento de adaptabilidad, resolución y resiliencia propia de Latinoamérica,  que considero una fortaleza. Nosotros ya vivimos la incertidumbre post pandemia mucho antes de este evento. Vivimos en países en constantes cambios y estamos más preparados para adaptarnos a cambios inesperados, lo que es una fortaleza. Mientras más podamos desarrollar nuestra propuesta y acercarnos a gente con experiencia, más avanzaremos. Pero eso no quita que veamos lo que está pasando en el mundo, no nos encerramos en nuestra realidad. Por ejemplo en Israel tienen un modelo educativo innovador.

Por eso, como mencioné al principio, iniciamos como Instituto y hoy somos una comunidad de aprendizaje.

¿Qué cosas nuevas has descubierto que resultan de valor para implementar en Funiversity?

– La primera, priorizar los aprendizajes. Segundo, salir de la certeza de que sabemos todo y abrirnos a la incertidumbre. En red y compartiendo entre todos, podemos llegar mucho más lejos. Lo lúdico genera un aporte importante sobre la manera en la que vamos atravesando esa experiencia. Entender también que no a todos nos apasiona o interesa lo mismo, pero todos los caminos llevan a Roma. En este caso, la incorporación de saberes tecnológicos lo podemos abordar desde la música, desde el arte, la medicina, la industria. Por ejemplo, hoy es impresionante cómo la tecnología atraviesa el deporte, ya que ayuda a corregir milisegundos o segundos en atletas y eso marca diferencia.

Lo que no se si se puede reemplazar son las emociones y la creatividad, o sea, capacidades humanas. El 30% del capital invertido en Google está puesto en nanotecnología en el descubrimiento de cómo aumentar la vida hasta más de 200 años. Elon Musk tiene una empresa que se dedica a la nano neurotecnología, donde dicen que están instalando microchips en el cerebro capaces de hacer escuchar a sordos y ver a ciegos. Esto nos trae todo un tema ético, ¿dónde irá a parar? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que vamos a necesitar ser más humanos para no perdernos en ese mundo.

 

¿Cuál es la promesa de ustedes hacia los apoderados?

– La promesa para ellos es que nuestra propuesta de valor se enfoca en potenciar lo que creemos que el niño ya tiene. Permitimos una experiencia intercultural importantísima que agrega conocimientos, abordamos los saberes tecnológicos desde la humanización. Creemos que estas competencias marcan la línea divisoria entre la calidad de trabajo, el bienestar social y los que no. Entonces, la propuesta es: sus hijos están bien cuidados, va a ser muy interesante, muy divertido para ellos y va a haber un mundo nuevo de posibilidades en una edad en la que el niño empieza a ver el futuro y elegir por dónde quiere caminar, dentro de un sistema que quizás muestra esos saberes de una manera que no permite una experiencia tan agradable. Por ejemplificar, las materias más odiadas en el mundo hoy son la matemática, física y el inglés que son las tres áreas principales para la innovación. Con nosotros un niño de 10 años que quiere que su robot avance más rápido, aprende no solo eso, sino la aplicabilidad y diversión en estas materias que antes podía considerar tediosas. Son jóvenes que se van a afrontar un mundo laboral con una perspectiva empoderada y con una visión en comunidad.

 

¿Cuáles son sus proyecciones, planes en los próximos años?

– Expandirnos en todo Latinoamérica. Ya estamos avanzados en Uruguay, Paraguay, Perú, México, Colombia, en Chile también ya contamos con algunos alumnos. Pero nuestro principal objetivo es llegar a las familias y que Funiversity sea visto como una propuesta de valor que posibilite estos aprendizajes en toda Latinoamérica, eso como plan principal. Pero también, claramente profundizar en aquellas experiencias de aprendizaje que se enfocan al desarrollo de habilidades socioemocionales, como liderazgo, trabajo colaborativo y cosas más complejas como el blockchain, entender finanzas y saber cómo funciona el mundo desde edades tempranas de manera divertida. Eso es algo que nos parece sumamente atractivo de desarrollar.

 

¿Cómo ves el mundo de la robótica dentro de tu país, Argentina?

– Como cualquier país latinoamericano. Partiendo de la demografía, en Europa la robótica vino a dar solución debido a la falta de gente joven en relación a la alta cantidad de personas adultas. Se requería mano de obra y abrazaron los avances tecnológicos que ayudan a llenar esos puestos. En Latinoamérica, donde hay más gente joven que adulta, un robot viene a quitar puestos de trabajo y no generarlos. Veo más lento y resistente la introducción de la robótica acá, pero es inevitable. Eso que se ve como un gran problema, puede ser una gran posibilidad.

 

Como mensaje final, ¿qué le puedes decir a los lectores de IguanaRobot?

Primero, agradecer por interesarse por este tipo de temas. Gratitud a IguanaRobot por ser el espacio para tener este tipo de conversaciones. Segundo, invitarlos a que juntos aprendamos a abrazar la incertidumbre como modalidad de vivir y que juntos, también, podamos crecer y potenciarnos a seguir abriendo este tipo de espacios. Estamos seguros de que un futuro mejor es posible. La invitación es que potenciemos juntos a los protagonistas del futuro.

Finalmente, Villaronga se dirige a los lectores, señalando su disposición a sostener conversaciones con quienes se interesen por su proyecto. Este se puede encontrar en su página web: Funiversity y en sus redes sociales.

 


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