FUENTE: www.mundodeportivo.com

AUTOR: Roberto Cantero

Las posibilidades de esta innovación tecnológica y médica, para pacientes con movilidad reducida, son importantes.

Ingenieros de la Universidad de Stanford han publicado recientemente en la revista digital Nature, un artículo en el que explican el proceso de fabricación y la tecnología creada para dar luz a un nuevo tipo de exoesqueleto.

En este caso uno que sea capaz de ayudar a su portador para caminar más rápido y ofrecer un plus de energía en personas con capacidades motoras reducidas. No es la primera vez que este tipo de ayudas son mostradas en público, pero sí estamos ante un importante avance para el futuro de la población con dificultades para moverse.

Imagen del exoesqueleto siendo probado en la Universidad de Stanford

Imagen del exoesqueleto siendo probado en la Universidad de Stanford. Foto: Stanford News

Una ayuda robótica, con aprendizaje automático, para caminar más rápido y superar barreras de movilidad

Habitualmente, cuando escuchamos la palabra exoesqueleto, la mayoría de personas piensan en aparatosos conjuntos de cables, hierros y sensores que se colocan abarcando casi la totalidad de la parte inferior del cuerpo y que muestran cómo alguien que no puede caminar se las apaña para dar pequeños pasos.

En esta ocasión, este ingenio no está centrado tanto en personas que no pueden moverse, sino que es más una ayuda extra para quienes tienen pequeñas dificultades para caminar o, incluso, para el ciudadano medio que quiere un impulso a la hora de afrontar largas jornadas desplazándose a pie. Han sido los responsables del Stanford Biomechatronics Laboratory los que han dado un paso adelante, nunca mejor dicho, mostrando cómo mejorar la vida de muchas personas.

De hecho, aunque estamos ante un exoesqueleto, sus desarrolladores han calificado el invento como una ‘bota robótica’. Su principal función es dar un impulso extra a los músculos de la pantorrilla, aunque este dependerá de cada usuario y su comportamiento al caminar. Es aquí donde entra en acción un modelo de aprendizaje automático, que ha sido entrenado durante años, para personalizar el funcionamiento del exoesqueleto. Steve Collins, profesor que dirige este laboratorio, afirma que:

Este exoesqueleto personaliza la ayuda mientras la gente camina de manera normal en el mundo real. Y da como resultado mejoras excepcionales en la velocidad caminando y en la economización de la energía.

El objetivo que el equipo tenía en mente a la hora de crear esta tecnología es ayudar a las personas con problemas de movilidad y que éstas sean capaces de caminar en su día a día de la manera más normal posible. Por el momento, dado que estamos ante un prototipo, la ‘bota robótica’ permanecerá a buen recaudo en la Universidad de Stanford, pero se prevé que si su desarrollo sigue el curso lógico, podría comercializarse en un futuro no demasiado lejano.

Ava Lakmazaheri, estudiante e integrante del equipo del Stanford Biomechatronics Laboratory, declara que:

La primera vez que te pones el exoesqueleto necesitas algo de tiempo para acostumbrarte. Pero, honestamente, en los primeros 15 minutos caminando, empieza a sentirse bastante natural. Caminar con el exoesqueleto se siente como tener un impulso extra en cada paso. Hace que el siguiente paso sea mucho más fácil de dar.


Esta web usa cookies analíticas y publicitarias (propias y de terceros) para analizar el tráfico y personalizar el contenido y los anuncios que le mostremos de acuerdo con su navegación e intereses, buscando así mejorar su experiencia. Si presiona "Aceptar" o continúa navegando, acepta su utilización. Puede configurar o rechazar su uso presionando "Configuración". Más información en nuestra Política de Cookies.


ACEPTAR
Aviso de cookies

¡Comparte en tus redes!

¡Comparte esta noticia con tus amigos!