El uso de robots terrestres Ucranianos se está disparando. Armados con metralletas de gran calibre, son capaces de destruir posiciones rusas sin arriesgar la vida las tropas de Kiev, como demuestra este video del último modelo.

FUENTE:elconfidencial.com

AUTOR:Jesús Díaz

Un vídeo publicado por la inteligencia militar de Kiev muestra a un vehículo del tamaño de un ‘quad’ avanzar en silencio sobre un camino embarrado de Sumy, al noreste de Ucrania. Bajo la lluvia, el robot se detiene, eleva el cañón de una ametralladora de 7,62 mm y descarga una ráfaga cerrada sobre una posición rusa, destruyendo todo lo que tiene por delante. La máquina se llama Liut —’Furia’ en ucraniano— y es el primer sistema terrestre no tripulado producido en serie por la industria ucraniana que demuestra su eficacia en combate. El Ministerio de Defensa ha homologado el dispositivo y lo ha incorporado a las unidades de primera línea tras completar las últimas pruebas de fuego real.

Como apunta el diario Kyev Independent, Liut cabe en la caja de una camioneta militar. Su carrocería, construida sobre un chasis con tracción integral y un gran espacio libre sobre el suelo, le permite superar zanjas y roderas que detendrían a un todoterreno convencional. Un motor eléctrico alimentado por baterías de alta capacidad lo impulsa sin ruido mecánico apreciable, una cualidad decisiva cuando la distancia al enemigo se mide en metros y no en kilómetros. El fabricante —cuyo nombre permanece en secreto pero que está fabricando miles de unidades— garantiza autonomía suficiente para varias horas de patrulla continuada, incluso en temperaturas extremas.

Un blindado de bolsillo

El sistema de control combina cámaras diurnas y térmicas con un enlace de radio cifrado que mantiene la señal hasta dos kilómetros en visión directa y unos setecientos metros en zonas boscosas o urbanas. Desde una posición protegida, el operador maneja el robot con un panel portátil y observa en tiempo real lo que ve la óptica principal. Si el enlace sufre interferencias o la densidad de la vegetación bloquea la señal, un protocolo de seguridad detiene el vehículo y lo mantiene en espera hasta recuperar contacto.

El arma principal es una ametralladora PKT de 7,62 mm montada en una plataforma estabilizada. El retroceso se absorbe mediante amortiguadores internos, lo que evita que las ráfagas desvíen la puntería. Las pruebas realizadas en polígonos controlados confirman impactos efectivos a 800 m, distancia más que suficiente para dar cobertura a la infantería y suprimir nidos de ametralladora rusos sin exponer a los fusileros ucranianos. El vídeo de Sumy demuestra el salto cualitativo: Liut se acerca, identifica la silueta del parapeto ruso gracias a las cámaras térmicas y abre fuego hasta que la trinchera queda vacía. Según la Dirección de Inteligencia, el sistema “destruye a los ocupantes rusos con fuego denso” y permite continuar el avance sin bajas propias.

placeholder Imagen de la cámara subjetiva del robot, con el cañón de la metralleta a la derecha.
Imagen de la cámara subjetiva del robot, con el cañón de la metralleta a la derecha.

La estrategia de los robots terrestres

El mando ucraniano lleva meses anunciando que pretende “reemplazar al soldado en los sectores más peligrosos”. A principios de mes, la 3.ª Brigada de Asalto informó de la primera captura de prisioneros rusos conseguida exclusivamente con drones aéreos y robots terrestres. Liut es la punta de lanza de esa doctrina. Su misión prioritaria consiste en hostigar posiciones enemigas, reconocer trincheras y transportar munición hasta los puntos donde los vehículos tripulados no pueden llegar sin arriesgarse a la artillería rusa.

El uso masivo de sistemas no tripulados también responde a la presión industrial. Kiev ha multiplicado la producción de drones y robots para compensar la superioridad numérica rusa y reducir la exposición de sus tropas. Cada plataforma que sustituye a un soldado en el frente disminuye el número de bajas y libera efectivos para tareas que aún requieren intervención humana.

placeholder Vista del robot desde el dron de apoyo.
Vista del robot desde el dron de apoyo.

La carrera tecnológica se acelera

La eficacia de Liut abre la puerta a versiones más pesadas equipadas con lanzagranadas automáticos o misiles anticarro ligeros. Por ahora, la prioridad es mantener el coste contenido para desplegar centenares de unidades a lo largo de la línea del frente y aprovechar la ventaja táctica que supone disponer de fuego autónomo a corta distancia. El Ministerio de Defensa insiste en que la integración de estos robots “forma parte de un impulso más amplio para reducir las bajas y mantener la capacidad de combate”.

El ejército ruso también experimenta con robots terrestres, pero la aparición pública de Liut, con material de combate real difundido por la propia inteligencia ucraniana, demuestra que Kiev ha tomado la delantera una vez más en un sector que apenas hace dos años pertenecía a la ciencia ficción. Cada nueva ráfaga disparada por este blindado diminuto acerca la guerra al escenario que James Cameron imaginó hace cuatro décadas: máquinas que avanzan implacables mientras los humanos se refugian esperando que no les localicenl.

 


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