Durante la última década la tecnología ha evolucionado aceleradamente. Hoy, ya inmersos en la 4o revolución industrial, los distintos países latinoamericanos están dando muestras de no querer quedarse atrás, aunque están claramente atrasados en comparación a países como Estados Unidos, China, Japón, Sur Corea y las potencias de Europa. ¿Qué hacer?
FUENTE: IGUANAROBOT
AUTORA: ROCÍO NAVARRO ROSS. Periodista IGUANAROBOT
El concepto Industria 4.0 nace en Alemania el año 2011. Con tres revoluciones industriales precedentes, esta última representa la confluencia de tecnologías exponenciales tales como la Robótica, la Manufactura Aditiva (impresión 3D), la Inteligencia Artificial, el Big Data, el Internet de las Cosas, la Cyberseguridad, entre otras.
Pero, cómo se está insertando en la industria 4.0 una de las economías más exitosas de la región: Chile. Esta nación ha sido líder en Latinoamérica en los últimos años en materia económica, promoviendo la prosperidad macroeconómica a través de la apertura comercial. Sin embargo, cabe preguntarse si su propuesta de desarrollo podrá seguir inspirando a este subcontinente cuando la explotación de los abundantes recursos naturales parece no bastar para asegurar progreso, y la integración de la tecnología en la médula de los sistemas productivos se hace imperativo.
Para averiguarlo, IguanaRobot decidió sumergirse en la industria tecnológica, y para ello se conversó con el ingeniero y consultor venezolano especializado en robótica e integración tecnológica, José Odreman, quien señaló “Al no ver que la digitalización sea una necesidad urgente para sus operaciones, (los empresarios) no le están dando la importancia que requiere (…). Con la velocidad que está avanzado la digitalización alrededor del mundo, todas las empresas que quieran mantenerse en el mercado, deberán atravesar la barrera de la digitalización. Sin embargo, ponerse a la altura, requiere inversión, capacitación del personal, además de un cambio de mentalidad que nos permita abordar los negocios acá en Latinoamérica de manera distinta”.
Lo anterior es confirmado por el Estudio “Estrategia industria 4.0: Diseñando el Chile futuro”, realizado por Asimet y el Consejo Minero el año 2019, el cual señala, “Los países europeos están invirtiendo alrededor de €10.000M por año para digitalizar su industria. Casi el 50% de este monto es financiado por el sector privado, y el resto por el sector público”.
Para profundizar en lo que se refiere a desafíos de inversión, Thierry de Saint Pierre, Presidente del directorio de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI), nos entregó sus perspectivas: “Nosotros como país tenemos grados diversos de avances, hay empresas más avanzada donde hay mucha tecnología. Tenemos un sector de Pyme que está bastante al debe, donde más del 40% de las pymes son prácticamente principiantes en tecnología y eso es complicado, sobretodo en esta época en que la tecnología es un gran apoyo para las compañías. Con el E-commerce, con el teletrabajo, todos esos temas (…) Todavía seguimos invirtiendo solo el 0,6% del PIB en innovación tecnológica en Chile, cuando países de la OCDE el promedio es 2,4%. Países muy avanzados como Israel, Corea del Sur están arriba del 4%. Entonces es muy significativo, porque es parte justamente de la competitividad del desarrollo del país. Es lograr tener empresas más sofisticadas, que generen trabajos mejor pagados porque tienen calidad del empleo de un sector, entonces reciben mejores sueldos.”
Pero lo que no lograron los proveedores de tecnología o la visión empresarial, lo hizo la pandemia en cosa de semanas. La implementación de la industria 4.0 se ha convertido en una necesidad imperiosa para operar. Cada vez son más las compañías que se deciden a incorporarlas en sus operaciones. Actualmente millones de personas trabajan a través de videoconferencias, operan sus procesos a través de robot digitales, trabajan en proyectos que se encuentran en la nube. Asimismo, el uso de robots en diferentes espacios de servicio, como en hospitales, en sus procesos administrativos, ya es algo que no sorprende a los chilenos, cuando hace tan solo un año, se veía como algo de ciencia ficción.
“Lo brutal ha sido el último año. Fue un salto en el tiempo, porque a pesar de que el término se acuñó hace casi una década, se fue incorporando durante mucho tiempo a los mercados internacionales a través de la globalización. Las naciones más industrializadas lo asimilaron, lo empezaron a explotar (…) Resulta que durante los últimos 5 años fue donde vimos la incorporación del Big Data, de la nube. Todas las empresas estaban adquiriendo sistemas colocados en la nube, estaban haciendo uso del Big Data, estaban analizando estadísticas (…) Pero con la pandemia digamos que se da la validación de la digitalización: operativo social, cultural. La pandemia fue el mejor de los experimentos de uso de la tecnología”, mencionó Odreman, quien estuvo a cargo de la configuración del primer robot de servicio hospitalario instalado en el Cono sur, específicamente en el Hospital San Juan de Dios.
El diagnóstico de ambos expertos es potenciado por Oscar Navarro, Director gerente de Kuka Iberia y responsable de Latinoamérica, quien con ocasión del Evento de Robótica Everii 2020, comentó: “La robotización es un buen negocio, y es un negocio que nos hace competitivos para el mundo. Y gracias a hacernos competitivos con el mundo, se generan muchos más puestos de trabajo en diferentes sectores. Además son trabajos con cualificación, mejora mucho la sociedad cuando se desarrolla a nivel profesional, y digital. Y como he dicho esto es imparable, y lo que tenemos que hacer es ayudar a todas las empresas y ponerle los medios para que puedan arrancar en este desafío de Industria 4.0”.
Al parecer Chile, y Latinoamérica en su conjunto, no tienen tiempo que perder.