FUENTE: www.liibertaddigital.com

La cirugía asistida por robots permite realizar de manera más precisa y segura intervenciones como las de columna vertebral de alto riesgo.

La primera imagen que nos viene a la cabeza cuando escuchamos la palabra robot es una máquina con aspecto humano. Pero no, un robot es más que eso. La robótica, la ciencia que desarrolla máquinas autómatas capaces de realizar actividades que podría hacer el ser humano, tiene una historia que viene de muy lejos. Desde Aristóteles y sus ideas sobre herramientas automatizadas, Leonardo Da Vinci y su caballero mecánico o Henry Ford y sus cadenas de producción y montaje de automóviles, hasta el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov, que creó unas leyes de la robótica para normalizar la relación entre los seres humanos y los robots en sus libros:
«El uso de una herramienta no debe ser peligroso. Una herramienta debe realizar su función de manera eficiente a menos que perjudique a quien la usa. Una herramienta debe permanecer intacta durante su uso a menos que su destrucción sea necesaria por seguridad».

Los robots se utilizan en un campo muy amplio que abarca todo tipo de trabajos de precisión y peligrosos como la minería, el transporte, la industria, en producción, seguridad, investigación de laboratorio o en cirugía. La cirugía robótica, o cirugía asistida por robots, permite a los cirujanos realizar de manera más precisa y segura determinadas cirugías.

Desde que empezó a desarrollarse, a principio de los años noventa en Estados Unidos, la tecnología robótica ha logrado avances inimaginables en el campo de la cirugía. En el Hospital Ruber Internacional se ha adquirido recientemente el ‘Mazor X’, un sistema robótico de máxima precisión para cirugía de columna vertebral de alto riesgo, desarrollado por la empresa Medtronic-Mazor Robotics. Mazor X es una plataforma robótica compuesta por una estación de trabajo y un brazo robotizado que permite planificar la operación y guiarla mientras se realiza la intervención.

El uso de este robot mejora la precisión en la colocación de los implantes espinales, lo que reduce considerablemente el riesgo de complicaciones en la intervención. Garantiza una cirugía mínimamente invasiva, ya que la incisión quirúrgica es de menor tamaño que en la cirugía convencional y se pierde menos sangre. Se reduce la exposición a las radiaciones ionizantes durante la operación. También hay menos riesgo de infección, pues el tiempo que pasa el paciente en quirófano es menor y se reduce el dolor después de la operación; por tanto, se acelera la recuperación del paciente.

Según explica el doctor Fernando Álvarez-Sala Walter, jefe de la Unidad de Patología Vertebral del Hospital Ruber Internacional, «la cirugía convencional supone un 15-20 por ciento de riesgo de mal posición de prótesis y con esta plataforma robótica no supone riesgo alguno». En el centro hospitalario se han llevado a cabo más de 25 intervenciones con este robot quirúrgico en menos de un mes. Los resultados han sido menos tiempo de ingreso hospitalario, menor dolor post-quirúrgico y una rápida incorporación del paciente a la vida normal.

La cirugía con el robot Mazor X está indicada para diferentes patologías de columna que no mejoran con los tratamientos convencionales y es necesaria una intervención quirúrgica para que la persona afectada pueda volver a tener calidad de vida. Las afecciones más frecuentes que requieren cirugía y para las que el sistema Mazor X es útil son patología traumática y tumoral de columna, cirugía en deformaciones vertebrales como escoliosis, cifosis y espondilolistesis, fracturas vertebrales o patologías degenerativas de la columna vertebral.

El proceso quirúrgico es el siguiente: Se realiza un TAC para que el cirujano planifique la trayectoria de los implantes sobre estas imágenes del paciente y traslada esta información a la estación de trabajo del robot que está anclado de forma estable a la columna del paciente. «Esto permite mantener en todo momento una óptima y segura planificación, guiado y navegación durante la cirugía vertebral por cualquier vía de abordaje, afirma el doctor Álvarez-Sala.

El software guía el brazo robótico siguiendo la planificación que ha establecido el cirujano y este coloca los implantes con el sistema de neuro-navegación en tiempo real. «La utilización del Mazor X con su brazo robótico facilita el reconocimiento automático de la anatomía mediante su software en 3D, mejorando la planificación de la cirugía y la realización de la misma con una mayor precisión», puntualiza el especialista.

Además de minimizar el riesgo y el tiempo en quirófano, con este sistema revolucionario en el campo de la cirugía robótica se puede crear una simulación del resultado de la operación antes de llevar a cabo el procedimiento quirúrgico.


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