El Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha elaborado un proyecto para reconstruir una base que quedó destrozada por el huracán Michael en 2018 y pretenden construirla con muros resistentes a fuertes vientos de más de 200 km/h.
FUENTE:20minutos.es
AUTORA:Raquel Holgado
El cambio climático ha propiciado que haya incrementado el número de fenómenos meteorológicos como los huracanes. Algunos de ellos dejan estragos catastróficos a su paso, como fue el caso del huracán Michael de 2018, considerado el tercer huracán del Atlántico más intenso en tocar tierra en los Estados Unidos desde que se tienen registros.
Las consecuencias de estos sucesos pueden llegar a causar daños materiales que suponen un gran gasto económico al país y a las familias, también destrozan el entorno y se llevan las vidas de animales y humanos. Justo en el huracán Michael mencionado anteriormente, la base militar Tyndall de la Fuerza Aérea estadounidense quedo reducida a escombros. La base se ubicaba en un área estratégica, en el Golfo de México, por lo que el Gobierno ha decidido reconstruirla con lo último en tecnología.
Para que no vuelva a ocurrir lo mismo que en 2018, la Casa Blanca pretende equipar las instalaciones con estructuras reforzadas que soportan los embistes de huracanes y situadas a una altura suficiente para evitar el riesgo a inundaciones.
La instalación tendrá unos marcos de acero y unas ventanas capaces de soportar vientos de hasta 265 km/h, para que no se repita lo de 2018. También trabajarán en restaurar las dunas y colocar un arrecife de ostras sumergido, para mitigar la fuerza de las olas.
Además, la Fuerza Aérea ha informado que la base tendrá un grupo de perros robot semi autónomos para moverse por zonas de difícil acceso y monitorear áreas críticas. Los robots de cuatro patas han sido diseñados por Ghost Robotics e Immersive Wisdom y están preparados para operar incluso a temperaturas extremas, de los –40 a los 50 ºC. En suma, disponen de 14 sensores para detectar lo que les rodea y, así, vigilar bien la base.
El Departamento de Defensa también ha detallado que la renovada Base Tyndall contará con ZeroEyes, un sistema de seguridad con inteligencia artificial. Gracias a esa innovadora tecnología, esperan detectar a todas las personas armadas que entren a la base.
El sargento primero del Escuadrón 325 de las Fuerzas de Seguridad, Nicholas Murphy, señala que ZeroEyes es capaz de detectar escopetas, rifles y otros tipos de armas, incluso cuando están bajo la ropa. La IA las compara en una base de datos y envía una alerta para evitar posibles riesgos.
El proyecto de reconstruir la base Tyndall tiene un presupuesto de más de 5.000 millones de dólares y se estima que no terminará hasta 2027. El Departamento de Defensa la ha catalogado como «la instalación del futuro» por la tecnología con la que se equipará.