Los robots están cada vez más presentes en la agricultura, sector de gran importancia en España y que cuenta con máquinas muy avanzadas, como un ‘ciempiés’ que elimina la maleza, una máquina que se mueve en terrenos abruptos u otra que planta más de 6.000 semillas en tres segundos.
FUENTE:elespanol.com
AUTOR:Nacho Castañón
Los robots están cada vez más presentes en la agricultura, sector de gran importancia en España y que cuenta con máquinas muy avanzadas, como un ‘ciempiés’ que elimina la maleza, una máquina que se mueve en terrenos abruptos u otra que planta más de 6.000 semillas en tres segundos.
Una industria a la que ahora se une Element, un innovador robot con inteligencia artificial (IA) de la empresa estadounidense Aigen que jubilará a los agricultores y los pesticidas, acaba con las malas hierbas e «imita el trabajo de los humanos» en los cultivos.
Element destaca por ser un robot totalmente autónomo que elimina las malezas resistentes a los herbicidas con golpes precisos en el suelo, reduciendo su dependencia de los productos químicos y mejorando el rendimiento.
«Creemos en un futuro sin sustancias químicas nocivas en nuestros alimentos«, señala la firma en su web; cuyos fundadores han experimentado de primera mano los impactos de estos elementos en la salud humana, ya que viven con enfermedades relacionadas con el uso de pesticidas.
Este robot está actualmente trabajando en campos de tomates, algodón y remolacha azucarera en campos agrícolas en EEUU, desbrozando sin dañar los cultivos. Una máquina que tiene un precio de 50.000 dólares, unos 42.645 euros al cambio aproximadamente.
IA y energía solar
Element es un robot con un peculiar diseño, ya que se asemeja a una gran mesa con ruedas con un panel solar de 350 W, una batería en su parte superior y unos brazos metálicos equipados con pequeñas cuchillas que se inclinan para escardar entre las plantas.
Una de sus claves es que incorpora un sistema de inteligencia artificial y unas cámaras integradas que le permite identificar las malas hierbas y recopilar datos para, por ejemplo, seguir las hileras de cultivos y detectar las malezas fácilmente.
Así es el robot con IA que sustituirá a los agricultores
Aigen señala que su máquina, que es resistente al agua ya que cuenta con clasificación IP65 y tiene unas ruedas rellenas de espuma, opera en paquetes de 5, 10, 20 o más robots y que para desbrozar 65 hectáreas de terreno agrícola se necesitan unos cinco de ellos.
Los equipos de robots patrullan los campos a diario, usando visión artificial para detectar y eliminar la maleza de los cultivos con precisión y sin necesidad de productos químicos. «En realidad, imita el trabajo de los humanos», explica Kenny Lee, cofundador y director ejecutivo de Aigen, a AFP.
La firma destaca que su robot funciona 100% con energía solar y cuenta con baterías integradas en sus patas, trabajando durante todo el día para que el agricultor no tenga que hacerlo. «Cuando se pone el sol, se apaga y se va a dormir; luego, por la mañana, se vuelve a encender y vuelve a funcionar», indica Lee.
Richard Wurden, cofundador y director tecnológico de Aigen, apunta a la misma agencia que «si crees que este es un trabajo que queremos que hagan los humanos, pasa dos horas en el campo desherbando«.

El robot Element de Aigen. Omicrono
Element puede realizar este tedioso trabajo sin necesidad de que el agricultor tenga que intervenir, ya que la red inteligente de la empresa permite a estas máquinas comunicarse entre sí y adaptarse como un equipo para centrarse automáticamente en las zonas problemáticas.
Otra de las principales características de estas máquinas es que son duraderas y robustas. Cuentan con tracción a las cuatro ruedas que se adaptan a condiciones reales, como lluvia, barro, pendientes y terrenos difíciles, «y duran varias temporadas de cultivo».
Seguimiento por una app
El funcionamiento de Element es realmente sencillo. El agricultor debe contactar con un agente local de Aigen y, una vez contratado el servicio, la empresa entrega, opera y mantiene la flota durante toda la temporada de crecimiento.
Y como el robot trabaja de forma autónoma sin que el usuario tenga que intervenir para nada, la compañía ofrece una aplicación para dispositivos móviles con la que los agricultores pueden realizar un seguimiento de sus campos y recibir alertas en caso de algún percance.

Una persona con una tablet y el robot Element de Aigen. Omicrono
De esta manera, pueden «cosechar los cultivos libres de químicos». La idea que tiene la empresa estadounidense es que los agricultores que antes trabajaban bajo el calor se «cualifiquen» para supervisar y solucionar los problemas de estos robots.
En Estados Unidos y gran parte del mundo las granjas tienen que hacer frente a la escasez de mano de obra, mientras las malas hierbas se vuelven resistentes a los herbicidas. Según Aigen, su robot es una interesante solución.
Element puede tanto ahorrar dinero a los agricultores como ayudar al medioambiente y mantener los productos químicos nocivos fuera de los alimentos. «Creo sinceramente que esto es lo mejor que podemos hacer para mejorar la salud humana«, indica Richard Wurden.
El directivo, ingeniero mecánico y que trabajó durante cinco años en Tesla, apunta que «todo el mundo come alimentos rociados con productos químicos» y su proyecto nació después de que unos familiares agricultores le dijeran que acabar con la maleza era una tarea costosa y tediosa.

Una red de robots Element de Aigen. Omicrono
«Ningún agricultor con el que hemos hablado ha dicho nunca que le encanten los productos químicos. Los utilizan porque son una herramienta; nosotros estamos tratando de crear una alternativa», afirma Kenny Lee.
Un robot que llega como una opción respetuosa con el medioambiente y que incluso ha llamado la atención de Amazon Web Services (AWS), la unidad de computación en la nube del gigante del comercio electrónico que considera que Aigen será «uno de los gigantes del sector en el futuro».
De hecho, el proyecto fue seleccionado para el programa de becas ‘Compute for Climate’ de AWS, que proporciona herramientas de inteligencia artificial, potencia de centros de datos y ayuda técnica a las empresas emergentes que se enfrentan a problemas medioambientales.