La empresa noruega 1X, con financiación de OpenAI, se sitúa como una de las más punteras en el sector gracias a EVE, su robot de propósito general.
FUENTE:elespanol.com
AUTOR:Ismael Marinero
Los espectaculares vídeos de Boston Dynamics, virales en España cada vez que se publican, nos han acostumbrado a ver a robots bípedos dando volteretas, trepando por andamios y hasta bailando complejas coreografías. Pero la carrera por conseguir los primeros robots humanoides operando en fábricas, hospitales y almacenes va por otro camino. Lo que intentan empresas como Figure, que ha llegado a un acuerdo con BMW para que sus androides ayuden a fabricar coches, o la propia Tesla de Elon Musk, es desarrollar máquinas que puedan realizar una amplia gama de tareas de forma completamente autónoma.
Uno de los últimos avances en ese sentido parecía el del propio Tesla Bot, recientemente bautizado como Optimus, que aparecía en un vídeo doblando una camisa. El problema es que en ese clip de YouTube, y en la mayoría de los que ha publicado la competencia, el robot humanoide estaba siendo teleoperado por un humano y su velocidad se había acelerado. Pero no todos hacen ‘trampas’. X1, empresa noruega con financiación de OpenAI, ha deslumbrado con un vídeo en el que se ve a una flota de los llamados EVE realizando distintas tareas de forma simultánea gracias a redes neuronales.
«El vídeo no contiene teleoperación. No hay gráficos por ordenador, ni cortes, ni aceleración de vídeo, ni reproducción de trayectorias con guión. Todo se controla mediante redes neuronales, todo autónomo, todo a una velocidad de 1X», señala la compañía en una entrada de su blog corporativo. Y eso supone un gigantesco paso adelante en la estandarización para el uso industrial de estos dispositivos, que pueden facilitar el trabajo a los humanos… o dejarlos en el paro.
Fundada en 2014 como Halodi Robotics por Bernt Øivind Børnich, 1X es una de las empresas más pujantes en el cada vez más nutrido sector de la fabricación y programación de robots humanoides de propósito general. Su gran oportunidad llegó el año pasado, cuando OpenAI, responsable de ChatGPT, participó en una ronda de financiación de 25 millones de dólares. Apenas unos meses después, otra ronda captó el interés de nuevos inversores, lo que permitió alcanzar los 100 millones de dólares para invertir en investigación y desarrollo.
EVE, el modelo que ya han empezado a vender a empresas de seguridad y que está participando en una prueba piloto en el hospital Sunaas, al sur de Noruega, pesa 86 kg y mide 1,86 m, tiene una velocidad máxima es de 14,4 km/h y puede levantar hasta 15 kg de peso. Su batería tiene una duración de unas 6 horas, aunque los técnicos de 1X están trabajando en ampliarla significativamente. Su otro elemento distintivo son las luces LED de su rostro, con las que conforma expresiones casi siempre sonrientes y algo inquietantes.
Más allá de esos datos generales, las diferencias con lo que está proponiendo la competencia saltan a la vista. Figure, Tesla o Sanctuary han apostado por la similitud con el cuerpo humano, especialmente en elementos clave como las manos y los pies. Por su parte, el robot de 1X se mueve gracias a unas ruedas motorizadas, mientras que para coger y manipular objetos utiliza una especie de garra metálica de aspecto algo rudimentario.
Según la propia compañía, «la mecánica suave y de inspiración orgánica de EVE lo hace más seguro desde el interior» y está diseñado «para que sea muy preciso y resistente, con ruedas y manos de agarre, que le permiten abrir puertas, coger ascensores y adaptarse a su trabajo de forma natural e intuitiva».
Y ahí está la clave. No buscan parecerse tanto a los humanos, sino integrarse rápidamente como un trabajador más en todo tipo de espacios. Por eso, además de en su aspecto exterior, los ingenieros y diseñadores de 1X se han centrado en conseguir que los robots puedan aprender rápidamente cualquier tarea y la ejecuten de forma autónoma. Además, en cualquier momento un operador humano puede controlar una flota de hasta 15 EVE, intervenir sus cámaras y controlar sus movimientos para actuar a distancia.
Cómo entrenar a tu robot
«Entrenamos nuestra red neuronal para captar todo tipo de objetos, tanto rígidos como deformables y transparentes», aseguró a IEEE Spectrum Eric Jang, vicepresidente de inteligencia artificial en 1X. «Como entrenamos la manipulación de principio a fin a partir de píxeles, captar objetos deformables y transparentes es mucho más fácil que en un proceso de agarre clásico, en el que hay que averiguar la geometría exacta de lo que se intenta agarrar».
El vídeo recientemente publicado, rodado en una sola toma como un plano-secuencia, no parece mostrar tareas muy complejas, pero sí la capacidad de los EVE para operar en grupo y de forma coordinada tras aprender rápidamente tareas como recoger, ordenar y depositar distintos objetos. Su parte inferior articulada les permite agacharse y, cuando detectan que su batería se está agotando, se acercan a estaciones de carga situadas en el suelo y se enchufan por sí mismos en una maniobra que parece algo ridícula.
Sin embargo, todo tiene sentido. «Si queremos tener éxito en nuestra misión de construir robots generalmente capaces y fiables que puedan manipular todo tipo de objetos, nuestras redes neuronales tienen que ser capaces de realizar esta tarea como mínimo», sostiene Jang. «Además, reduce bastante los costes y simplifica el sistema«.
Para realizar esta demostración, 1X entrenó a 30 robots «de principio a fin a partir de datos» en una serie de tareas individuales. Para ello se basaron en el aprendizaje por imitación, gracias a vídeos y operándolos de forma remota. Gracias a estos pasos, pudieron obtener un «modelo base» con la capacidad de llevar a cabo todas esas acciones por sí solo. Tras ajustar los datos al entorno deseado, que implicaba realizar tareas de almacén, además de abrir y cerrar puertas, los androides demostraron sus habilidades con sorprendente fluidez.
La idea es que, tras ser enviados a los clientes que quieran implementarlos en su cadena de producción, estos puedan asignarles distintas tareas en un proceso que «solo lleva unos minutos de recopilación de datos y entrenamiento en una GPU de sobremesa«, según afirman desde 1X.
En un futuro, eso implicará que un operador humano, sin necesidad de formación específica, se pondrá unas gafas de realidad virtual para hacer la tarea en cuestión durante un tiempo limitado. Después, los datos obtenidos por la IA de EVE se combinarán con las habilidades aprendidas anteriormente. El hardware permitirá ejecutar miles de simulaciones para obtener distintos resultados y variaciones en cuestión de minutos, tras los cuales EVE estaría preparado para operar de forma autónoma.
La alianza con OpenAI, además, implica una clara ventaja frente a sus competidores a la hora de interactuar con los humanos. La integración nativa de herramientas como ChatGPT les permitiría recibir y entender órdenes de voz o responder a preguntas, «para que puedas hablarles con naturalidad y hagan lo que les pidas», señalan los responsables de 1X en su página web.
Y no es lo único que preparan desde 1X. El otro gran desarrollo de la compañía noruega es NEO, recubierto de tela (de hecho hay quien asegura que son humanos disfrazados) y diseñado con una anatomía muscular en lugar de un sistema hidráulico rígido. Al ser bípedo, puede caminar, trotar y hasta subir escaleras, por lo que parece más versátil que EVE, aunque su autonomía se resiente, ya que la batería sólo dura entre 2 y 4 horas.
Sus casos de uso todavía no están claros, pero según la compañía, «destacan en tareas industriales en sectores como la seguridad, la logística, la fabricación, el manejo de maquinaria y la gestión de tareas complejas. A largo plazo, prevemos que NEO proporcione una valiosa asistencia en el hogar y realice tareas como la limpieza o la organización». Definitivamente, la era de los robots humanoides ya está aquí.