La prueba de fuego para una tecnología robótica: armar una silla de Ikea. Y así de bien lo hacen.

FUENTE:  www.as.com

AUTOR: César Otero

Esgrimiendo la bandera del ‘hazlo tu mismo’, la sueca Ikea ha levantado un gigantesco emporio en base a todo tipo de mobiliario que uno compra desmontado y puede pasar la tarde del domingo montándolo. Para algunos es divertido, para otros tedioso, y los hay que prefieren directamente irse a una tienda a que les den el mueble en cuestión ya hecho. Pero, ¿y si comprásemos algo en el Ikea y al llegar a casa un robot nos lo montase?

 

Un robot que monta los muebles del Ikea

Y es que parémonos un momento a pensarlo: el proceso de armar una estantería Billy no es simplemente mirar instrucciones y proceder tal cual, sino que requiere de algo exclusivo de los humanos: la intuición. No es solo coger un listón de 3×4, meterle tacos y atornillarlo, sino que algunos componentes hay que ensamblarlos con cuidado, otros quizás no encajan a la primera y hay que limarlos, o forzarlos un poco sin romper el listón. Y todo eso es algo que un robot no puede hacer por sí mismo, sino que necesita tenerlo programado de antemano.

En un documento publicado esta semana por Science Robotics, investigadores de la Universidad Tecnológica de Nanyan en Singapur han mostrado lo bien que dos brazos robóticos son capaces de montar una silla Stefan del Ikea, sin usar “ninguna provisión especial para montaje robótico”. O sea: sin ningún dispositivo extra como el que llevarían en una cadena de montaje, sino con lo básico y de forma autónoma en parte. El robot compuesto por dos brazos ha usado cámaras 3D para identificar y rastrear piezas individuales, y ha forzado su sensor para asegurarse de que ninguno de los brazos rompía nada por aplicarle una presión excesiva a la hora de ensamblar varios componentes.

 

20 minutos de media

Partiendo de un sistema pre-programado que ha incluido imágenes 3D de cada componente de la silla y las propias instrucciones del Ikea, han tardado 20 minutos en montar la silla, mucho tiempo para los más manitas y una media aceptable para los menos habilidosos. Este experimento ha necesitado que los robots tuviesen programados los pasos a seguir y dónde va cada pieza, aunque cada movimiento que han hecho ha sido de manera autónoma.

Sus autores ahora quieren alcanzar la siguiente fase del proyecto: que el robot escanee por sí mismo las instrucciones y las asimile, sin tener que pre-programarle ninguna secuencia de antemano. Una clara evolución sin duda con respecto a los brazos robóticos que llevan décadas en las líneas de producción, ya que la tarea es más compleja sin duda y podría sustituir las largas filas de robots que suelen hacer un movimiento programado por unos pocos que se encargarían de llevar a cabo todos los pasos de cosas como montar muebles, coches y demás.


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