La extremidad artificial es suave, elástica, pesa alrededor de 250 gramos y sus componentes tiene un valor cercano a los $390 mil pesos. “Este no es un producto todavía, pero el rendimiento ya es similar o superior a las neuroprótesis existentes», manifestó Xuanhe Zhao, uno de los investigadores a cargo.

FUENTE: futuro360.com

Millones de personas alrededor del mundo han sufrido la amputación de una extremidad superior, ya sea a causa de alguna enfermedad o accidente. En el mercado existen variadas neuroprótesis capaces de detectar las señales musculares residuales del usuario e imitar robóticamente sus movimientos.

Sin embargo, estos aparatos pueden llegar a costar miles de dólares y suelen ser rígidos y pesados. Para solucionar esta problemática, expertos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad Jiao Tong de Shanghai decidieron crear una mano neuroprotésica suave, liviana y de bajo costo.

Un grupo de voluntarios con amputaciones probó la prótesis y realizó diferentes actividades. El equipo de investigadores encontró que la extremidad artificial, diseñada con un sistema de retroalimentación táctil, restauró una sensación primitiva en el muñón de uno los participantes.

“Este no es un producto todavía, pero el rendimiento ya es similar o superior a las neuroprótesis existentes (…) Existe un gran potencial para fabricar esta prótesis blanda a muy bajo costo para familias de bajos ingresos que han sufrido una amputación”, sostuvo Xuanhe Zhao, uno de los investigadores a cargo.

 

 

La mano es suave, elástica, pesa alrededor de 250 gramos y sus componentes tiene un valor cercano a los US$ 500 (cerca de $390 mil pesos). Los expertos se inspiraron en Baymax de la película Grandes Héroes y fabricaron la mano artificial con un elastómero comercial conocido como EcoFlex.

El equipo usó un algoritmo que “decodifica” las señales musculares y las relaciona con tipos comunes de presión. Cuando el usuario imagina que está realizando una acción, los sensores captan las señales musculares residuales y un controlador luego traduce esas señales en las presiones correspondientes.“Este diseño se puede mejorar con una mejor tecnología de decodificación (…)

También queremos personalizar el diseño para la producción en masa, de modo que podamos traducir esta tecnología robótica suave en un beneficio para la sociedad”, agregó Zhao en un comunicado de prensa.

Los detalles de la investigación se publicaron en la revista Nature Biomedical Engineering.


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