Los expertos han dado su veredicto: la evolución de la robótica depende de una mano.

FUENTE:3djuegos.com

AUTOR:Abelardo González

El auge de la inteligencia artificial ha provocado que tanto los inversores como la industria tecnológica busquen la nueva gallina de los huevos de oro. La computación cuántica se ha convertido en una de las oportunidades más interesantes, ya que firmas de la talla de Google están trabajando en evolucionar las capacidades del sector. Sin embargo, la robótica sigue centrando la mayor parte de la atención a raíz de la presencia de figuras como Amazon o Elon Musk.

A pesar de ello, existe un reto que las compañías deben superar si quieren garantizar que la robótica siga creciendo: crear una mano que iguale la destreza humana. Aunque los robots humanoides ya son capaces de caminar y levantar objetos de forma autónoma, su falta de manos sensibles y precisas impide una adopción masiva en lugares en los que se requiere una manipulación fina y un control táctil avanzado. Por ello, superar este desafío marcará el futuro de la robótica.

Una mano definirá el futuro de la tecnología

Morgan Stanley, por ejemplo, estima que superar este reto podría abrir un mercado mundial de unos 4,6 billones de euros para 2050, una situación que impulsará la automatización y, al mismo tiempo, provocará el auge de los robots humanoides. Elon Musk, a su vez, también sostiene que una mano robótica realista es esencial para un robot útil, llegando a calificar su desarrollo como un desafío de ingeniería mucho más complejo que el propio equilibrio o la locomoción.

Como era de esperar, esta visión ha dado pie a varios prototipos desarrollados por equipos relacionados con universidades. Uno de ellos es el de la Universidad de Northwestern, un consorcio de investigación que trabaja con fondos federales para lograr una mano con destreza suficiente para ejecutar tareas básicas humanas, un objetivo que quieren lograr antes de 2035. Así, se apoyarán en prototipos con sensores bajo piel sintética que detecten variaciones eléctricas al tocar objetos y convertirán estas señales en datos que imiten el sentido del tacto humano.

En la Universidad de Columbia, por su parte, un equipo diseña una mano de cuatro dedos que identifica forma y textura mediante el tacto, razón por la que buscan compensar la falta de visión con inteligencia sensorial adaptativa. Sin embargo, las universidades no son las únicas, ya que Boston Dynamics está desarrollando manos de tres dedos para su robots Atlas, mientras que otros ingenieros apuestan por la simplicidad con pinzas industriales que realizan tareas de ensamblaje.

En resumidas cuentas, la meta final es tanto económica como social: por una parte, buscan mitigar la escasez de mano de obra en manufactura y cuidados; por otra, quieren ofrecer a pequeñas empresas tecnología automatizada que, por norma general, está reservada a grandes corporaciones. Por ello, según los expertos, el futuro de la robótica lo definirá la empresa que sea capaz de crear la mano perfecta.


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