Virginia Dias, cofundadora de SIMA, minirobot que estimula el aprendizaje, fue una de las reconocidas en los premios InspiraTEC 2021. Aquí, junto a otras dos ganadoras, Silvana Herrera y Carolina Urrutia, habla de los desafíos de moverse en un mundo donde aún predomina la mirada masculina.
FUENTE: www.latercera.com
AUTORA: María Ignacia Pentz
“Son muy pocas las mujeres que lideran emprendimientos tecnológicos. Lo he visto. Lo vivo, de hecho, cada vez que paso por espacios donde hago networking: me rodeo de emprendedores tecnológicos, de startups, y son en su mayoría hombres. Hombres jóvenes. Son muy pocas las mujeres que encabezamos empresas de este tipo”, cuenta Virginia Dias, educadora de profesión, cofundadora y directora de Educación en Sima Robot, empresa que ha desarrollado un robot social educativo capaz de interactuar de manera natural con niños y niñas (desde preescolar a cuarto básico), mediante voz, gestos y movimientos para desarrollar actividades.
Hace un par de semanas, Virginia Dias recibió la Mención Honrosa Claro 5G en los premios InspiraTEC 2021, que entrega la Subsecretaría de Economía y Empresas de Menor Tamaño con el fin de visibilizar el trabajo y logros de las mujeres que emprenden en áreas STEM (sigla compuesta por las iniciales en inglés de las palabras Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
En esa ocasión también resultaron ganadoras en sus categorías Silvana Herrera, creadora de MOV, un dispositivo que ayuda a la movilidad de personas con discapacidad visual (premio al Emprendimiento Temprano); Carolina Urrutia, CEO y cofundadora de Freemet, empresa de productos de limpieza e higiene que no contaminan ni interrumpen el ciclo natural del agua (Premio Empresa Consolidada) y Valentina Muñoz, fundadora de la ONG AMUJI, Asociación de Mujeres Jóvenes por las Ideas (Premio Joven Inspiradora).
“Este reconocimiento es una invitación a motivar a otras mujeres a que lo hagan, a que seamos influencers en el mundo de la tecnología”, dice Virginia Dias, quien reconoce que el camino para las ideas femeninas en estas áreas no es particularmente fácil, a pesar de que cada vez son más mujeres las gestoras de múltiples innovaciones. “Nos estamos atreviendo a hacer cosas diferentes, a llevar proyectos que nacen de la creatividad que tenemos”, coincide Silvana Herrera, la diseñadora de MOV, un sistema que busca reemplazar el bastón blanco que usan las personas con algún tipo de ceguera.
En la misma línea de las otras dos ganadoras, Carolina Urrutia, de Freemet -la primera línea de productos de limpieza desarrollados y hechos en Chile que contienen micropartículas que detoxifican agentes contaminantes- retrata la realidad a la que se enfrenta a diario: “Estamos en un sistema muy masculinizado. La categoría de detergentes no es muy femenina en cuanto al tema empresarial. Hay que recordar que el porcentaje de directoras o dueñas de compañías en Chile es bajísimo. Por lo tanto, es genial que sea reconocido que dos mujeres, como Andrea Moraga (su socia) y yo, lideremos una empresa y que esta tenga un modelo circular; que aparte sea de base científica y tecnológica, y que estemos llevando adelante un equipo de 20 personas y potenciando la economía del país”.
Una misión que cumplir
A la hora de crear sus emprendimientos, todas las premiadas tuvieron algo en común: una misión clara. Para Virginia Dias era democratizar la robótica social; para Silvana Herrera, la necesidad de explotar el campo del diseño inclusivo y, para Carolina Urrutia, generar conciencia, a través de productos de uso habitual, de la contaminación ambiental de las aguas como parte de la crisis hídrica que vivimos en el país.
Sima Robot nació en 2016 y, según cuenta su cofundadora, “queríamos crear un robot compañero, que entra en la categoría de robot social, capaces de interactuar con las personas en los mismo códigos sociales con los que nos manejamos entre seres humanos, incluso con las mascotas, que también tienen habilidades sociales. Queríamos que ayudara a los niños en sus actividades académicas, pero lograrlo de una forma barata y accesible. O sea, fácil y económica”.
Así llegaron junto a su socio al robot que comercializan actualmente no solo en Chile, sino también en Estados Unidos, Colombia, Argentina y próximamente en México: un cuerpo robótico que, con un smartphone, a través de la app SimaRobot (que se puede descargar de manera gratuita en Android y iPhone), se transforma en un robot que se mueve, escucha y habla.
“Mi rol dentro de Sima ha sido preocuparme del contenido y mostrarles a los profesores cómo hacer uso de un robot social para que ellos puedan potenciar sus estrategias pedagógicas dentro y fuera de la sala. Hemos creado una propuesta pedagógica en torno al uso del robot y acompañamos a los profes durante todo el año escolar. En Chile nos utilizan alrededor de 12 colegios; tenemos otros tres en Colombia y trabajamos con la gobernación de La Rioja en Argentina”, cuenta Dias.
La ganadora de la Mención Honrosa de Claro 5G, además, destaca que con su robot “las experiencias de aprendizaje son todas en el mundo real y eso nos diferencia absolutamente de cualquier otra tecnología educativa que exista, porque la mayoría llevan a los estudiantes a un mundo virtual, los vuelven zombies de la pantalla”.
En el caso de Silvana Herrera, en 2018 comenzó a desarrollar MOV como su proyecto de título para la carrera de Diseño con mención en productos de la Universidad de Talca y, sin imaginárselo, pero teniendo siempre en cuenta que su vocación era trabajar en el área de inclusión, terminó patentando una iniciativa de base científica-tecnológica y adjudicándose fondos para llevarlo a cabo: una banda sensorial láser que, con un alcance de cuatro metros, mapea el espacio y detecta dónde hay un objeto o un evento y lo anuncia a la persona que lo está utilizando a través de vibraciones.
“Empezamos a trabajar con personas con distintas discapacidades visuales y ahí nos dimos cuenta del percance que era utilizar el bastón blanco, que es la única ayuda técnica que tienen las personas con discapacidad visual. También están los perros guías, pero es mucho más caro. No todos tienen acceso a ellos”, explica Herrera, y detalla que actualmente están en etapa de realizar pruebas más precisas a nivel nacional e internacional para, finalmente, lanzar el dispositivo (que se instala como un cintillo y deja las manos libres) al mercado en 2023.
En 2014, teniendo muy claro su objetivo, Carolina Urrutia creó Freemet. “La idea es ser una alternativa a lo tradicional y que sea competitivo en precios. Vemos la sustentabilidad desde la perspectiva de que hay que acercarla al masivo para que tenga un efecto positivo en reducir las emisiones de gas invernadero y también en cuidar mejor el medioambiente y las aguas, todo desde el hogar”.
Hoy, con más o con menos camino recorrido, pero con sus empresas andando y cumpliendo (o en vías de cumplir) esa misión que se propusieron en un inicio, Virginia Dias, Silvana Herrera y Carolina Urrutia coinciden en que emprender en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas en Chile no es fácil. Falta infraestructura industrial, comenta Dias. No se potencia el emprendimiento y la I+D (investigación y desarrollo) desde las carreras científicas, enfatiza Urrutia. Hay aún pocas oportunidades y difícil acceso a financiamiento, dice Herrera: “Es difícil, más aún si uno es mujer. Hay que decirlo”.