FUENTE: IGUANAROBOT
AUTORA: MARÍA IGNACIA DÍAZ. Colaboradora periodistica en IGUANAROBOT
Los niños y niñas de nuestra sociedad actual son nativos digitales, por lo que la educación que reciben, tiene el gran desafío de adaptarse a los avances tecnológicos, no sólo incluyendo nuevos contenidos, sino que desarrollando las nuevas habilidades que este contexto requiere, tales como la lógica, el razonamiento intuitivo y la creatividad. Para desarrollarlas, se ha considerado a las asignaturas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) por sus siglas en inglés, como las basales. Sin embargo, a finales de la primera década del siglo XXI, se les sumó la educación artística para terminar de conformar lo que hoy se conoce como STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas) reconociendo la importancia del arte como un elemento que aporta a la creatividad en el marco del aprendizaje de la robótica y la programación.
Como una forma de enfrentar este desafío, la Organización de Naciones Unidas (ONU) definió una agenda específica para mejorar la preparación de las futuras generaciones para el desarrollo sostenible de la humanidad, denominada Agenda 2030. En ella, una de las acciones que contempla es la enseñanza de estas disciplinas tecnológicas. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) buscan transformar el mundo en un mejor lugar y para lograrlo, la robótica juega un papel fundamental, por ello, cada vez es más fuerte el llamado a difundir la cultura digital, el pensamiento computacional, la expansión de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la interconexión mundial.
En esta línea, diversos países miembros han incluido la programación y la robótica en sus planes de estudios. Un ejemplo es Estados Unidos, que desde el año 2013 ha promovido la importancia de enseñar programación a través del apoyo a proyectos como: la Hora del Código, y LEGO Education. Este último se ha posicionado como marca líder para la enseñanza de esta materia. Por otro lado, China, comenzó en el año 2016 a implementar un plan para que los estudiantes tengan clases de programación desde los 6 años, y se vaya aumentando el nivel de complejidad hasta llegar a niveles universitarios. Adicionalmente, desde los 11 años se contempla que las escuelas impartan clases de robótica, además de contar con ramos optativos de diseño 3D.
En Latinoamérica también se ha avanzado en estas materias, países como Brasil, Chile y Argentina son ejemplos de ello. Brasil, ya cuenta con escuelas privadas que integran la robótica y la programación en sus planes de estudio, en tanto que para el ámbito público, han surgido iniciativas como RoboLab, proyecto público privado cuyo foco es conectar la educación con el futuro, llevando clases de robótica y programación a todas las escuelas públicas de Sao Paulo desde el año 2018.

En Chile, aunque no existe una política para introducir la robótica en las salas de clase, sí hay experiencias de enseñanza y desarrollo de la robótica como disciplina, principalmente a través del diseño y fabricación de robots por alumnos de enseñanza media. Este ecosistema es complementado por cerca de 30 organizaciones vinculadas a la robótica y que se relacionan con los distintos proyectos educativos. Una de estas organizaciones es Zambeca Chile, empresa pionera dedicada a la robótica educativa y con más de 5 años de experiencia en el rubro. Patricio Méndez, profesor de programación y robótica, y también encargado de la División de Tecnología y Robótica Educativa de esta empresa, señaló en conversación con IguanaRobot: “Lo que más me fascina de la educación robótica es cuando los chicos responden, aportan y uno ve que su imaginación y su creatividad se dispone totalmente en resolver, idear o crear muchas cosas que van a ser requeridas en el fututo. En el fondo ellos van a construir su futuro, y ellos van a ser la sociedad.”

Argentina tomó en 2018 la decisión, como nación, de incluir la programación y la robótica como ramos obligatorios en todas sus escuelas del país. Y si bien, no todas ha podido cumplirla a la fecha, ya se observan avances muy positivos sobre todo en la generación de nuevas soluciones para apoyar a los colegios en este desafío. Un ejemplo es Mumuki, proyecto privado, que busca facilitarles a los colegios el cumplir con la nueva ley apoyándoles con una plataforma virtual con más de 2.000 ejercicios interactivos para enseñar programación, actividades que apoyan a estudiantes y docentes.
En esta línea, la licenciada en física, Mónica Pavés, fundadora de RobotGroup, empresa argentina que se dedica al diseño, fabricación, investigación y capacitación en robótica, conversó con IguanaRobot, sobre este desafío formativo, y nos contó, “comencé con RoboGroup en el año 1996. Siendo licenciada en física empecé dando talleres de robótica, cuando la robótica educativa no se conocía en las escuelas y los alumnos no entendían mucho que es lo que yo hacía. Después con RobotGroup empezamos a hacer fabricación de robots alrededor del 2008 (…) Es importante trabajar con los niños en la parte de robótica desde pequeños para que puedan desarrollar su propio conocimiento y desde RobotGroup lo que fomentamos es que la robótica se de en el aula de clases y no como taller”.

Mónica Pavés. Fundadora de RobotGroup.