El robot terapéutico con el software de Inrobics es capaz de participar en los ejercicios de rehabilitación, monitorizarla e interactuar con el paciente

FUENTE: www.consalud.es

La tecnología sanitaria sigue evolucionando hasta llevar la rehabilitación robótica cada vez más lejos. Con una forma no invasiva, como si fuera un compañero de terapia, el robot NAO de Softbank Robotics con el software de Inrobics es capaz de participar en la rehabilitación de pacientes con enfermedades neurológicas como parálisis cerebrales, ictus o lesiones medulares.

“Con el robot ofrecemos un terapia personalizada, lo menos invasiva posible y complementaria que enriquece el proceso de trabajo clínico”, explica José Carlos Pulido, consejero delegado de Inrobics, a Consalud.es. El software proporciona autonomía e inteligencia al robot para realizar terapias “en base a criterios clínicos” y un sensor 3D para detectar los movimientos del paciente a tiempo real. “Con este sensor somos capaces de traducir los movimientos de los pacientes y registrar las medidas”, señala Pulido. 

El robot es capaz de realizar los ejercicios motrices de rehabilitación para que el paciente le imite, indicarle las actividades y corregirle si en algún momento no realiza bien los ejercicios. “Si por ejemplo hacen una postura de brazos en cruz y el paciente no es capaz de subir lo suficientemente los brazos, el robot le explica la manera de cambiar su postura para mejorarla”. Un feedback en tiempo real que permite al robot reaccionar rápidamente a lo que percibe y al paciente interactuar con él, “hay niños que incluso les considera un amigo o una persona con sentimientos”.

Miden el número de repeticiones, los aciertos del paciente, tiempos de atención y el rango de movilidad

Desde la empresa han programado cada una de las respuestas a diversas situaciones, y el robot es capaz de identificar y escoger la mejor respuesta incluso en situaciones no esperadas. También han potenciado la gramificación, para que los pacientes reciban una recompensa y refuerzos positivos ante su trabajo. “Siempre reciben un feedback positivo de parte de este compañero de terapia, pero además, si toda la terapia ha ido bien el robot realiza una coreografía muy espectacular para los pacientes”, destaca José Carlos Pulido.

José Carlos Pulido, CEO de Inrobics, con el robot terapéutico (Foto. Inrobics)

En el último año el robot ya se ha utilizado en diferentes centros hospitalarios españoles, en pacientes que han sufrido un ictus, tienen parálisis cerebral o una lesión medular. En cada caso se ha intentado personalizar lo máximo posible las terapias, aportando al robot el perfil de cada paciente para que conozca sus limitaciones y sepa cómo apoyarles mejor durante los ejercicios. Además, se van incluyendo rutinas o dispositivos a las terapias, como puede ser una plataforma de competición o un pulsímetro. “Lo hicimos con los niños con lesión medular del Hospital de Parapléjicos y funcionó muy bien. El robot está preparado para que cualquier dispositivo de medición se incorpore a las terapias”.

Los datos que monitoriza los sube a una nube en la que el médico o el rehabilitador es capaz de seguir la evolución del paciente. En concreto, miden el número de repeticiones, los aciertos del paciente, tiempos de atención, que son principalmente importantes en aquellos pacientes con déficit de atención, y el rango de movilidad, obteniendo los datos desde el principio de la terapia hasta el final, pudiendo ver la evolución. Y se espera que más adelante “el robot pueda medir el esfuerzo y la evolución de la fuerza del paciente”.

El objetivo es que la terapia robótica no solo esté en los centros hospitalarios, sino también en las casas

Con este robot, se ofrece una terapia complementaria “menos invasiva que otras robóticas como los exoesqueletos”. También “el storytelling del propio robot, que el paciente va conociendo durante su rehabilitación, y la relación que establecen permiten trabajar las emociones, aumentar la atención y la adherencia al tratamiento. Y, en definitiva, que el paciente se sienta acompañado”.

Durante los programas de pruebas han captado que existe un aprendizaje y una mejora en los pacientes, aunque en el caso de mejoras funcionales, “la labor del robot se tiene que añadir de una forma complementaria al resto de las rutinas terapéuticas que realizan estos pacientes”.

El objetivo es que la terapia robótica no solo esté en los centros hospitalarios, sino también en las casas, y que los pacientes puedan seguir con los ejercicios de una forma virtual y los médicos puedan mantener un seguimiento. “Esperamos que para el segundo cuatrimestre del 2022 podamos ofrecer esta opción”, concluye el CEO de Inrobics.


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