FUENTE: www.tendencias21.levante-emv.com
AUTOR: Pablo Javier Piacente
Más del 80 por ciento de las personas reconoce escuchar una voz interior que actúa en su mente ordenando sus pensamientos. Y una nueva generación de robots está desarrollando también la capacidad de hablar consigo mismo, para ser mejores robots, generar confianza y parecerse más a los humanos.
Un nuevo estudio italiano ha comprobado que los robots poseen la capacidad de desarrollar una voz interior similar a la humana. La habilidad del robot para hablar consigo mismo en voz alta lo hace más humano e incrementa la sensación de confianza que genera en las personas que interactúan con él, según el experimento desarrollado. El mecanismo robótico de habla interna creado por este equipo de investigadores podría ayudar a hacer que los robots actuales y futuros sean más parecidos a los humanos.
Los científicos del Laboratorio de Robótica de la Universidad de Palermo creen que programar un robot con un sistema de diálogo interno abierto, que simula el habla interna humana, podría mejorar la confianza que tienen las personas en los robots. Esto se lograría al optimizar al mismo tiempo la transparencia y el antropomorfismo del robot, o sea su capacidad de mostrar características humanas.
Los beneficios del habla interior
Aunque el habla interior es un proceso psicológico humano esencial, generalmente es poco valorado con respecto a sus utilidades prácticas. Estudios previos han verificado que la capacidad de “hablar con uno mismo” tendría consecuencias positivas con relación al autoconocimiento y al ordenamiento de los pensamientos.
Básicamente, este diálogo interno funciona como una estrategia de autoanálisis y autoevaluación permanente: hablamos con nosotros para pensar sobre nuestras actitudes, sentimientos, pensamientos y prácticas, intentando hallar un camino para obtener mejores resultados y más satisfacción cotidiana.
Robots más amigables, cercanos y confiables
De acuerdo a un artículo publicado en Tech Xplore, esta capacidad humana aplicada en los robots podría mejorar de forma notable la comunicación entre los seres humanos y los robots. Principalmente, podría ser una llave para incrementar la confianza en las interacciones, algo crucial si se piensa que en un futuro cercano los robots «invadirán» prácticamente todos los escenarios de la vida real.
La confianza no es una condición tan sencilla de alcanzar, porque se trata de una construcción compleja, profundamente influenciada por factores psicológicos y ambientales. De esta manera, lograr que los robots sean más transparentes, más cálidos y que puedan adoptar formas, modos o actitudes típicamente humanas ayudaría a crear una comunicación más clara y efectiva, favoreciendo una progresiva generación de confianza.
Según el nuevo estudio, publicado recientemente en ArXiv, luego de realizar un experimento con un grupo de voluntarios que interactuó con un robot capaz de desarrollar procesos de habla interior, los investigadores concluyeron que esta habilidad del robot influye en la confianza humana. Es más: los niveles de confianza y percepción de los participantes de las características antropomórficas del robot se incrementaron notablemente después de la interacción.
Por si esto fuera poco, en una investigación previa el mismo grupo de científicos comprobó que los procesos de habla interior mejoran el rendimiento de los robots, no solo su relación con los humanos. Esto quiere decir que los robots se vuelven más funcionales y precisos, adquiriendo un perfeccionamiento y rigurosidad que no poseían previamente, seguramente motivados en el desarrollo de un mayor autoanálisis.
Los robots del futuro
En definitiva, los especialistas sostienen que la arquitectura cognitiva de habla interna que permite a los robots comunicarse consigo mismo los hace más humanos, mejorando su funcionalidad y la transparencia en la cooperación humano-robot.
Por ejemplo, hace posible que el humano que interactúa con un robot pueda comprender cómo se estructura su forma de pensamiento y cuál es su lógica al momento de tomar decisiones. Esa previsibilidad en las acciones y la mayor comprensión obtenida podrían sentar las bases para una nueva generación de robots, más cercanos a los seres humanos y, de esta forma, más útiles para las sociedades del futuro.