FUENTE: www.elespectador.com
Por esa misma razón, desde la educación se está creando conciencia para fomentar en los estudiantes el desarrollo de nuevos proyectos tecnológicos que beneficien a las personas en condición de discapacidad.
Una prótesis para Juan Esteban
Un ejemplo de este trabajo social se vive en el Colegio Cartagena International School, en donde un grupo de niños y jóvenes, quienes reciben formación en robótica desde primaria, decidieron aplicar sus conocimientos y solidarizarse con uno de sus compañeros para hacerle un brazo robótico utilizando una impresora 3D y plástico reciclado.
Su nombre es Juan Esteban, tiene 7 años y desde su nacimiento presentó amelia congénita izquierda, una malformación que es poco frecuente en los menores y en donde hay una reducción de las extremidades, las cuales no se desarrollan con el tiempo.
Sus compañeros de colegio y familia lo describen como alguien intrépido, sociable y simpático. Entre las cosas que le gustan hacer es dibujar, la música y jugar al fútbol, pero también, le encantan los videojuegos y a raíz de este proyecto ahora le apasiona la tecnología.
Según Daniela Carvajalino, presidenta del Colegio Cartagena International School, este proyecto es de gran relevancia para los estudiantes, quienes fueron los que tomaron la iniciativa de forma autónoma de llevarlo a cabo hace aproximadamente 4 meses y tienen un objetivo mayor, ya que buscan crear una prótesis que le sirva a otras personas de su comunidad con la misma necesidad y a un menor costo.
“De esta manera fue que nació la idea de desarrollar una prótesis con materiales de reciclaje como el plástico, puesto que se puede convertir en un filamento que pueda ser utilizado para poder generar la siguiente generación de estos brazos”, aclaró Carvajalino.
Durante este tiempo los estudiantes han evaluado cada día junto a sus profesores de tecnología las condiciones de su compañero y han utilizado diferentes softwares con los que han logrado llevar adelante pruebas sobre las posibles condiciones de carga y postura real que tendría el brazo, como también, han logrado elaborar el desarrollo del diseño y modelado en 3D de la prótesis.
“Yo definitivamente no dejo de sorprenderme, pues este es un proyecto que realmente le demuestra a uno como colegio que un sistema educativo diferente puede lograr que los mismos estudiantes sean quienes creen este tipo de iniciativas”, agregó Carvajalino.
Desde hace varios años, esta institución decidió sumarle a las matemáticas y las ciencias, materias de tecnología avanzada de forma curricular, por esa razón, desde muy temprana edad los estudiantes aprenden desde pensamiento computacional hasta inteligencia artificial, creación de apps, big data, impresión 3D, robótica y programación, entre otras cosas.
Tania Martínez, mamá de Juan Esteban, asegura que este proyecto es muy importante, puesto que tener una prótesis tecnológica suele ser muy difícil y costosa de adquirir a través del sistema de salud, especialmente porque cuando son niños que están en desarrollo, necesitan irse modificando, por lo que adquirir varias prótesis era algo impensable.