FUENTE: www,infobae.com
AUTOR: Juan Batalla
El consagrado artista digital turco dialogó con Infobae Cultura sobre su presentación en Teatro Colón, sus inicios, objetivos y hacia dónde se dirige el arte en NFT, entre otros temas.
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, se preguntaba Philip K. Dick en un conocido libro de ciencia ficción. Para el artista digital turco Refik Anadol hay una sola respuesta posible: Sí.
Y es que “hacer soñar a las máquinas” es uno de los elementos cruciales de su trabajo, como sucede en Machine Hallucinations: coral, el NFT compuesto por una sucesión de 1.742.772 de imágenes de corales intervenidas digitalmente, que emocionó al público que asistió a esta gala única en el Teatro Colón, en la que este “monolito de datos”, como él la llamó, se presentó por primera vez en Latinoamerica.
A través de una videollamada, el artista dialogó horas antes del debut de su trabajo en el gran coliseo argentino, evento enmarcado dentro de la Semana del Arte, y que contó con la organización de artbag — compañía de soluciones blockchain y NFTs— y el Ministerio de Cultura de la Ciudad, en colaboración con Borderless Capital y Ripio, y con el apoyo de Agrotoken, Algorand, Koibanx, Travel X, Artlab, Decentraland y Aorist.
Refik Anadol es considerado uno de los creadores digitales más importantes del mundo, que redefinió el uso de datos e inteligencia artificial para realizar piezas de arte, que pueden ser monumentales, y que buscan “las emociones en la tecnología”.
—Para aquellos que no pudieron ver su Machine Hallucinations: coralen el Colón, pero podrán hacerlo en una plaza de la Ciudad, ¿que les contaría de la obra?
—Básicamente, en primer lugar, un poco como antecedente, acuñé el término data paiting (pintura de datos) hace 14 años, y he estado trabajando con datos y también los últimos siete años de estos 14 años con Inteligencia Artificial (AI). La obra que se presentó en Buenos Aires es un gran muro mediático, un monolito de datos, en este caso, debido a la escala, que es muy significativa, en una especie de co—creación con la orquesta, una música en tiempo real que acompañó al video que es soñado por la Inteligencia Artificial”.
La obra de arte usa datos submarinos de coral del mundo. Estas hermosas criaturas que existen, y que en realidad permiten sobrevivir a los océanos, son el conjunto de datos para la obra de arte y se ven los colores de las formas submarinas, de las criaturas subacuáticas, cosas que existen más allá de lo que podemos ver, de lo que sabemos que existe.
Fue muy bien recibida en Art Basel Miami y obtuvo una atención increíble el año pasado. Y creo que probablemente fue el arte público más visitado del mundo en ese contexto y ahora está en un contexto diferente. Ahora está en una función diferente. Es revolucionario y muy emocionante.
— A lo largo de su carrera ya ha demostrado un interés muy grande en el arte en espacios públicos, ¿a qué se debe?
— En primer lugar, cuando comencé mi viaje no me interesaba hacer proyectos solo para museos y galerías porque siento que son espacios cerrados, tienen techos, puertas. A veces son muy elitistas para ciertas personas. Creo que el arte debe ser para cualquier persona en el mundo, cualquier edad, cualquier cultura, cualquier origen, y debe ser entendido por cualquiera. Y sé que no es fácil. Es un desafío muy grande gustar y hacer arte que está en todas partes y que tenga un impacto. Pero para ser honesto, al usar datos e IA, creo que logra esta idea del lenguaje que todos pueden leer y entender en la humanidad. Por ejemplo, esta obra de arte se vio hermosa en Miami, y ahora en Buenos Aires, antes pasó por Praga. Es tan poderoso saber que el arte puede viajar y aun así tener un impacto en la audiencia. Así que estoy realmente exactamente, creo que está funcionando y es gracias a la IA , que es una tecnología muy objetiva que se puede usar para esto.
—¿Crees que la IA de la tecnología será el lenguaje común del mundo?
—Creo que lo será. Tal vez no está en todas partes por igual hoy, pero creo que será un idioma que debemos aprender y creo que los datos son un idioma que se habla entre los sistemas, el software y el hardware, y debemos aprenderlo porque, de lo contrario, a veces no sabemos qué está sucediendo a nuestro alrededor. Hoy saben a dónde vamos, lo que comemos, lo que miramos, lo que sabemos, sabemos cómo ir específicamente a algún lugar. Todo está definido por computadoras y softwares. Entonces, creo que debemos aprender qué están haciendo y por qué lo están haciendo. En mi trabajo, siempre trato de compartir la tecnología, el nombre del algoritmo, quién lo inventó y de dónde provienen los datos. Entonces, como estudio, siempre compartimos esta información para crear conciencia sobre la educación. Supongo que es una manera de acercarse.
—¿Y cuándo comenzó este interés por este lenguaje y cómo llegó al arte digital?
—Mí primer encuentro con la computadora fue a los ocho años. Fui muy afortunado, ya que fue un regalo de cumpleaños. Mis padres me trajeron una computadora Commodore y pasé un tiempo increíble porque me dejaba jugar un juego pero también me permitía poder programar de una manera súper simple. Fue muy emocionante, pude abrir algunos juegos y reconstruir los colores, los mapas, los personajes. Así comencé y luego, con los años, me enamoré de la ciencia ficción, con películas como Blade Runner y muchos otras. Simplemente me enamoré de ese universo. Y descubrí que tal vez el futuro que estas películas imaginaban podía ser más esperanzador, más positivo. Creo que cuando era niño, no veía la distopía, veía utopía. Como un niño vi oportunidades, belleza, positividad, ayuda para la humanidad. Así que mi trabajo siempre es muy optimista, muy esperanzador, no ilusorio, porque la tecnología también puede hacernos daño, puede traer problemas y no digo que la tecnología sea siempre excelente para la humanidad, pero saber que se puede usar para el bien puede darnos una mejor perspectiva para usarla.
— ¿Qué es, entonces, lo que se plantea para que su trabajo sea optimista?
—En primer lugar, hay varios enfoques para esto, pero mi primer enfoque es la curación. Lo que aprendí a lo largo de los años es que nuestras obras de arte están creando un impacto positivo muy hermoso en la mente humana, para que las personas mediten, contemplen, relajen. La vida es muy desafiante, la vida a veces trae ansiedad, depresión y, en algunos casos, Alzheimer, demencia y TDAH. Hay muchos, muchos, desafíos en la vida. Y lo que encontré es que cuando las obras de arte tienen un impacto positivo en la audiencia, comienzan a compartir sus experiencias. En mi Instagram tengo miles de mensajes de personas que dicen que disfrutaron tanto de la obra de arte que sienten haber meditado, les gusta, sienten que les ayudan resolver problemas en su vida. Sé que es solo un vehículo, por supuesto, no resuelve ningún problema. Pero permite a las personas desencadenar esta positividad, este espacio que es seguro y que es como un espacio inspirador y esperanzador, que es seguro para meditar e imaginar cosas que, con suerte, son mejores que las que tenían antes en mente. Así que este es un vehículo y está sucediendo en todo el mundo, en Berlín, Nueva York. Eso significa que algunas obras de arte tienen esta cualidad de meditación y crean un hermoso impacto positivo.
La otra idea es, por supuesto, la educación. A veces siento que la IA es algo que las comunidades y la humanidad no entienden exactamente. IA es una tecnología muy compleja, que necesita mucha atención. Nuevamente, para asegurarnos de que la función sea adecuada para nosotros, para asegurarnos de que sabemos qué es exactamente. Y cuando las personas saben cómo funciona, se sentirán mucho más seguras porque cuando sepan de dónde provienen los datos, cuando sepan qué algoritmo de IA se usó y por qué razón. Normalmente en las artes plásticas los artistas no revelan lo que significa su obra, a veces esperan o permiten que las personas entiendan, imaginen, proyecten en sus mentes, pero yo no creo que ocultar la tecnología sea una buena idea para el arte de IA, en este momento. De hecho mostrándolo más es más seguro. Así que eso es como un buen enfoque. Mostrar, enseñar a las jóvenes generaciones, que les encanta la inspiración. Me refiero a la cantidad de personas que vi en línea viniendo y diciendo “debido a su trabajo, aprendí este lenguaje de programación” o “debido a esto comencé a usar la computadora”. Me refiero a estos ejemplos increíbles de cómo el arte puede enseñar, sanar e inspirar.
—¿Y cómo trabajas los patrones en tu base para recrear este aura de meditación?, ¿Cómo llegas a eso?
—Hace 14 años cuando comencé a trabajar con datos las primeras imágenes eran muy simples. Puntos, líneas en blanco y negro, muy simple. Con los años descubrí que en realidad, hace poco más de 10 años, durante mi segundos estudios de maestría en bellas artes en la UCLA, en Los Ángeles, me inspiró mucho (Richard) Walter, que tuvo un gran impacto en mi ruta. El me reveló el hecho de que una máquina pueda soñar, que no es una pintura seca, un pigmento que se quedará allí para siempre. Que, de hecho, siempre evoluciona, cambia, y se reconstruye a sí misma. Y así descubrí un hermoso algoritmo que representaba la naturaleza, el agua, las nubes y todo tipo de fenómenos, lo que me pareció muy inspirador.
Me sumergí profundamente en la dinámica de fluidos y en el uso de la IA para soñar los colores, la forma, la velocidad, los fundamentos de los movimientos y busco aplicar una poética especial con otro algoritmo con el que reconstruyo este hermoso estado de flujo, que tiene su propia física, su velocidad, su poesía como emociones. Todo tipo de sentimientos. Entonces, creí que era más honesto de mi parte hablar sobre el sueño de una máquina. Así que cuando digo que el coral sueña no es algo real, por supuesto, pero está basado en 70 millones de imágenes reales de coral. Así que para mí se siente como un verdadero sueño de una máquina. No es imaginación, por supuesto, es arte, y así es como encuentro que la gente realmente ame ese estado de flujo, donde los algoritmos lo mueven por el espacio y se reconstruyen.
—Comentaste que amas la ciencia ficción y a Blade Runner, en especial, que no tiene justamente una mirada optimista, ¿qué fue lo que te conmovió del filme y que otras películas o libros te inspiraron?
—Bueno, la primera película fue Blade Runner, absolutamente. Era muy joven cuando lo vi, tenia 8 años, y no sabía inglés, y mi primo solo estaba tratando de explicarme el filme. Recuerdo una escena en la que un androide le dice a otro “estos recuerdos no son tuyos” como “estos recuerdos son de otra persona”. La idea de implementar una memoria en la mente de otra persona fue muy poderosa. La otra influencia fue la ciudad del futuro. Era en Los Ángeles. Los autos voladores, los edificios que hablaban entre ellos creando patrones. Así que para mí fue una visión muy grande del futuro, que creo que es por eso que estoy haciendo mapeo de proyección en todo el mundo. Otras películas fueron Dune, Star Wars, Star Trek, siempre me inspiran. Pero no me he inspirado en los personajes. Me inspiraron más los entornos, como la forma en que el mundo está cambiando y respondiendo, las computadoras, la UI y UX. Y supongo que en los libros fue Neuromante (William Gibson), me abrió mucho la mente. Fue parte de una tarea durante la educación secundaria y un descubrimiento fantástico. Y eso me impulsó a ir a una universidad enfocada en diseño.
—¿Cómo fue el camino para construir su propio lab?
—Primero que nada, nunca disfruté estar solo. Mi mente no es así, no me motiva estar solo. Era importante crear un equipo para hacer preguntas más importantes y profundizar la inspiración. Entonces, en el estudio somos ahora 15 personas, se hablan 15 idiomas y representamos a 10 países. Así que somos un pueblo diverso y casi todo el mundo es un experto en su dominio. Por ejemplo, los científicos de datos, ingenieros de inteligencia artificial, arquitectos, investigadores senior de literatura, músicos, grupos de gráficos comunitarios. Así que nos convertimos en este grupo de personas muy inteligentes, que puede hacer la magia de la tecnología pero con emociones, no solo tecnología. Estamos buscando emociones en la tecnología. Es como una escuela. No diría que es solo otro estudio, otro entorno de trabajo aburrido, estamos súper disfrutando, investigando para encontrar un nuevo significado y siempre tratamos de minimizarnos y encontrar nuevas formas de contar la misma historia en una perspectiva diferente. Estoy realmente muy orgulloso de mi equipo, que también incluye a mi esposa desde hace 14 años. Ella también es parte del estudio. Así que realmente estamos disfrutando de esta co—creación.
—¿Y por qué no hay otros artistas visuales, que venga de las artes tradicionales, en el equipo?
—Siento que esto es una película que estamos creando y que yo estoy dirigiendo. Pero para eso necesito más destreza tecnológica. Así que fuimos muy claros en la visión, no necesitamos las artes visuales inmediatamente, pero necesitamos gente que conozca los fundamentos tecnológicos de los gráficos. Y así trato de dirigir las artes visuales del estudio, con gente que sabe cómo hacerlo visual técnicamente.
—¿Cómo es el proceso creativo de trabajo?
—Soy un artista muy práctico. Eso a veces hace las cosas muy difíciles mientras viajo porque no creo que sea solo hacer un boceto y dejar que suceda. Así que conozco los parámetros, conozco el conjunto de datos, sé qué parámetro para qué algoritmo y por qué razón debe ser ese. Soy muy práctico en cada paso. Entonces, ser parte de un estudio pequeño me permite serlo. Y, por supuesto, tenemos un problema de escala. Tenemos múltiples proyectos en todo el mundo. Y así nos convertimos lentamente, aceptamos esta mentalidad de producción para asegurarnos que las cosas lleguen a tiempo y la calidad esté allí. Es como chef en un restaurante, que conoce cada ingrediente del plato que se prepara, cómo se cocina. O, como dije, es como una película en la que se co-crear una narrativa, pero sabes todo, qué luz, qué sombra, etcétera.
—Teniendo esta visión optimista, ¿qué crees que puede hacer el arte digital para ayudar a mejorar el mundo?
—Por el momento, los NFTs, por ejemplo, es una economía creativa. Durante mucho tiempo el arte digital no llamó la atención, desafortunadamente, aunque hubo grandes artistas en exposiciones, no creo que el mundo estuviera prestando atención. No creo que el mundo fuera consciente de lo poderoso que puede ser el arte digital. Y creo que durante la pandemia la gente pudo entender, en casa, lo que todos estos artistas geniales estaban haciendo. Yo no puedo dibujar en un papel, no sé cómo hacerlo, mis habilidades con el lápiz son muy, muy malas. Pero sé cómo dibujar en mi mente con mis matemáticas y geometría. Es un pensamiento y enfoque diferente, y creo que ahora las personas que tenían talentos similares pasamos a estar disponibles.
De repente tenemos un sistema de economía que está en todas partes. Así que estoy agradecido por eso. Lo segundo es que el arte digital es una forma de usar la tecnología. No usa herramientas convencionales. Está utilizando un lápiz digital, software, algoritmos. Creo que tiene una resonancia en la próxima generación, que está con los juegos y está más abierta a la tecnología. Ellos se conectan con esta forma de arte. Puede ir a cualquier lugar, es algo virtual, en el teléfono, en su computadora portátil, o TV, lo que sea. Entonces es portable y eso se volvió emocionante para los coleccionistas y las personas que tienen curiosidad al respecto. Eso es definitivamente NFTs, la blockchain, las criptomonedas, ayudan un poco a mejorar este tipo de arte.
Cuando hago NFTs, por supuesto, no solo pienso en otro archivo aburrido, para mí es una experiencia en la vida. Tiene que tocar la mente, el alma, tener un impacto, un propósito. Por ejemplo, sobre este proyecto, Los sueños de coral, es un hermoso entorno en la naturaleza o hicimos la Casa Batlló de Gaudí (Ndr: Christie’s vendió esta obra por USD 1.380.000), que fue una actuación audiovisual en tiempo real que atrajo a 50.000 personas. Hicimos, en noviembre pasado, un espectáculo de arte público en el MoMA de Nueva York con NFT. Entonces es una sensación que puedes ir y experimentar, esa es la parte importante. Si no hay experiencia, si no hay significado, no creo que el formato tenga ningún sentido. Después se habla de números o lo que sea, pero cuando tiene un impacto positivo, si conecta mente y alma, entonces creo que es arte y no importa si es físico o no, es sólo arte.
—El año pasado hubo un boom del mercado NFT y este se acercó más a un crash, ¿cómo crees que será el mercado a futuro?
—Creo que es una gran señal que haya pasado el crash, porque quiere decir se está corrigiendo solo. Creo que la primera fase fue un gran boom publicitario porque el mundo estaba prestando atención, pero eso fue muy extraño. Hay mucha gente tratando de sacar ventaja de eso, pero no creo que haya sido preciso. No fue un movimiento verdadero, honesto, pero una vez que la gente entendió eso luego se corrigió. Tengo increíbles coleccionistas de NFT, alrededor de 16,000 personas interesadas en ese mundo y estoy muy conectado con ellos y los actualizo todos los días. Están en el viaje conmigo. Así que para mí, va muy bien porque mi trabajo siempre tiene valores altos y estoy muy agradecido. Pero quiero decir, sé que algunas personas desafortunadamente no pudieron hacer eso, porque es un movimiento muy nuevo y frágil y se está corrigiendo a sí mismo.
Algunas cosas tenían un precio demasiado alto, era ridículamente caras, pero otras no lo son. Entonces, y si es arte, es arte, no significa nada. Yo no tuve ningún problema, de hecho me fue muy bien, pero si muchos artistas tienen algunos problemas y no pudieron obtener lo que estaban buscando. El desafío del NFT es que si eres introvertido, si no eres sociable en las redes sociales, es difícil. Porque necesitas mostrar tu trabajo. Tienes que ser extrovertido. Tienes que saber explicar tus piezas. No es fácil y algunos artistas son introvertidos. No quieren compartir, no quieren decir en voz alta ‘tengo esta pieza’. Pero para eso también necesitamos galerías, para poder explicar el arte al universo. Entonces, eso es lo que está surgiendo ahora para las personas que necesitan apoyo.