FUENTE: Perú 21

“Estoy enamorada de la robótica”, me dice la profesora Sayury Almirón, quien ha acercado esta poderosa herramienta a más de 240 alumnos de primaria en el colegio parroquial Santa María del Rosario de Tablada de Lurín, en Villa María del Triunfo, a media hora de donde vive, en San Juan de Miraflores.

De padres comerciantes, hermano ingeniero y hermana instructora de gimnasio, la maestra de 40 años es beneficiaria del programa global Comprometidos con la Educación de la Fundación Telefónica Movistar y la Fundación ‘la Caixa’, que lleva educación con tecnología a niñas, niños y profesores de escuelas urbanas y rurales, hospitales y entornos inclusivos de Latinoamérica, El Caribe, Asia y África. Aseguran que este año lograron impacto en más de 800 mil escolares y profesores del Perú. Como jugando, la docente ha logrado que sus alumnos armen prototipos de mini robots para solucionar problemas sociales y ambientales del distrito, como la acumulación de basura o el tráfico vehicular.

Estudió en un tiempo donde, sobre todo en los colegios públicos, casi no había computadoras. Y desde las comunicaciones, comenzó a deslizar su vocación por compartir conocimiento. Proceso que la transformó en educadora. Es lunes y atiende mi llamada pasada las 11 de la noche. Responde con voz vivaz, como si empezara el día. “Hay que hacer la lucha”, me dice.

-Profesora, ¿suele acabar su día a estas horas?

 

El trabajo de un docente nunca termina, somos docentes las 24 horas. No solo acompañamos en el proceso con la tecnología a los estudiantes, sino también a los padres de familia; muchos de ellos no sabían cómo conectarse a una videollamada, cómo descargar la información, qué es un PDF, cómo ingresar a un link. Entonces, hemos resuelto esas dudas y nosotros gustosos de poder atenderlos. Igual los profesores nos llevamos siempre exámenes a nuestro hogar, nos llevamos algunos cuadernos, temas de reforzamiento.
-¿Trabajo que incluye domingos y sábados?
Sí. Todos los profesores sabemos que al elegir la carrera de educación, el horario es parte del ‘paquete’ y lo recibimos con mucho cariño. Sí, es por elección. Elegimos educación porque sentimos que podemos contribuir. Y también nos llevamos trabajo para elaborar la clase del día siguiente o de la semana. Por ejemplo, yo tenía que trabajar la construcción de un canguro en digital y solo para la motivación que iba a durar cinco minutos, tuve que ver once videos, de los cuales seleccionar dos y de ahí elegir uno. Igual hay que buscar textos y corroborar la información, porque si bien es cierto que internet es una ventana abierta, por lo mismo puede haber información falsa; entonces, tenemos que filtrarla.

-¿Por qué elige enseñar?

 

Trabajé más de 10 años como comunicadora en la experiencia de radios escolares en las escuelas. Iba a capacitar a los profesores para usar los medios de comunicación; te hablo del 2001. Tenía como 22 años. Llegué para convencerlos de que usen la radio en la escuela, que se conviertan en periodistas radiales. Y los chicos al final del taller me decían: “Profesora, venga mañana”. Pero mis visitas eran esporádicas. Se hizo una evaluación y les había gustado la clase. Ahí me enamoré del colegio. Y luego de eso me puse a estudiar Educación y desde ahí no paro; y claro, me sirve mucho mi experiencia de comunicadora para captar la atención de los estudiantes al entonar la voz, incluso usar hasta teatro.

-¿Y cómo llega la robótica?

 

En el salón te encuentras con estudiantes que cada día quieren más retos, porque ellos autogestionan el aprendizaje para usar la tablet, el celular, la computadora; entonces, al llegar a la clase no les puedes presentar algo que sea redundante o aburrido, tienes que innovar. Ante eso existen propuestas como la de Fundación Telefónica, que tiene el taller de robótica, donde tienes un acercamiento a la programación, a las piezas digitales, a conocer cómo funcionan los robots. Después ya me especialicé en la UNI y en un instituto, donde llegué a construir un auto que podía movilizarse con una aplicación en el celular, lo que también fue un reto porque éramos dos mujeres en un grupo de puros varones. Y lo mismo quisiera lograr en el colegio: que las estudiantes mujeres tengan el mismo acceso a la tecnología, despejando estereotipos. Para las chicas, ya es parte de su alfabeto hablarte de motores, de sensores, de piezas complejas, que solemos asociarlo solamente a los varones. Siento que las chicas están ganando posicionamiento al desenvolverse en la robótica.


Esta web usa cookies analíticas y publicitarias (propias y de terceros) para analizar el tráfico y personalizar el contenido y los anuncios que le mostremos de acuerdo con su navegación e intereses, buscando así mejorar su experiencia. Si presiona "Aceptar" o continúa navegando, acepta su utilización. Puede configurar o rechazar su uso presionando "Configuración". Más información en nuestra Política de Cookies.


ACEPTAR
Aviso de cookies

¡Comparte en tus redes!

¡Comparte esta noticia con tus amigos!