Existe una fuerte corriente dentro del séptimo arte que se esfuerza por imaginar cómo será nuestro futuro.

FUENTE:eldebate.com

AUTOR:Manuel Manahén García

Vivimos en la prehistoria de la era digital con nuestros Iphones, ordenadores de última generación, smartwatches que te miden el oxígeno en sangre, coches semiautónomos… pero cualquier amante de la ciencia ficción replicará una icónica frase dentro del séptimo arte: «he visto cosas que no creeríais», coches voladores, robots que aniquilan a la humanidad, viajes al pasado, Inteligencias Artificiales que mutan y acaban sintiendo…
Existe una fuerte corriente dentro del cine que se esfuerza por imaginar cómo será nuestro futuro, la verdad es que todas estas entregas distan de la realidad. El único capaz de predecir el futuro fue Julio Verne con sus Veinte mil leguas de viaje submarino.
The Creator es de estas películas que te sitúan en un aparente futuro lejano, pese a que ocurra en el 2065. Los edificios son rascacielos, hay vehículos voladores, coches con diseños innovadores y robots con humanidad.
Su aspecto, movimiento y mentalidad hace que el espectador sienta y padezca por estas máquinas. Este es un recurso que se lleva utilizando desde que «el mundo es mundo». Terminator, y Blade Runner… son dos clásicos que demuestran esta herramienta.
Además, este elemento se ha implantado en los videojuegos. La exitosa entrega Detroit: Become Human utilizó este recurso, reencarnar a un androide con apariencia humana hace que el subconsciente reconozca a esta figura como una persona.
The Creator funciona de la misma manera. Ver a Aphie (Madeleine Yuna Voyles) llorar desconsolada hace que todo el mundo empatice con este personaje, pese a que sea un robot. Las lágrimas corriendo por la cara de una niña de 6 años hace que uno se rompa por dentro.
Utilizar esta herramienta una y otra vez abre una pregunta, ¿llegará el día en el que los cinéfilos se cansen de la humanidad robótica? El refranero diría que sí, «tanto va el cántaro a la fuente que se acaba rompiendo». Pero la verdad es que los años pasan y nadie repara en esta sobrexplotación.
The Creator

The Creator es una oda a un futuro distópico 20th Century Studios

 

Madeleine Yuna se merece un galardón

Además del éxito por esta humanidad robótica, sus dos coprotagonistas tienen una actuación admirable. Joshua (John David Washington) y Alphie (Madeleine Yuna) establan una relación entre padre e hija, pese a ser humano y robot.
La estrella de esta película es la pequeña Madeleine Yuna, con tan solo seis años da una clase magistral sobre interpretación y cómo expresar emociones fuertes.
El director de la cinta, Gareth Edwards, explica que «la primera persona en audición fue Maddie, ella entró y estuvo fantástica. Me dieron ganas de llorar. Y después de que ella dejase la habitación, yo solo miré a mi asistente y ambos dijimos: ‘es ella’».
En Hollywood ha habido casos de niños prodigio delante de las cámaras, pero casi nada se puede asemejar al papel que interpreta la joven actriz. Si con tan solo seis años es capaz de llevarse al público al bolsillo, cuando crezca y mejore tal vez gane un Oscar.
La trama y demás elementos narrativos constituyen una oda a un futuro distópico que plantea una nueva duda. Y ustedes, ¿cómo tratarían a un droide con apariencia humana? ¿Le respetarían por aquello de que se parece a una persona o les sería indiferente porque es una máquina y no sienten?

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