El perro robot, llamado Spot, ha demostrado en numerosas ocasiones sus capacidades: vigiló parques, hizo de granjero y bailó en un estadio. Según sus creadores, la idea es que sea utilizado para llegar allá donde el humano no puede hacerlo o es peligroso. No es de sorprender que este robot haya sido enviado a una zona radioactiva de Chernóbil.
FUENTE: www.mundo.sputniknews.com
Un grupo de investigadores de la Universidad de Bristol en colaboración con la Agencia Estatal para la Gestión de Zonas de Exclusión de Ucrania probaron diferentes robots, drones y otros objetos que pudiesen moverse por la zona radiactiva cerca de la central nuclear de Chernóbil.
Tras experimentar con varios dispositivos, fue elegido el perro robot Spot de Boston Dynamics gracias a su agilidad para moverse por diferentes terrenos. Es un robot completamente eléctrico que es capaz de operar durante unos 90 minutos con una carga. Pesa unos 30 kilos y se puede usar para una multitud de misiones.
Gracias a los sensores que tiene Spot y a los que fueron añadidos, los científicos podrán tener un mapa 3D actualizado de las zonas donde el robot patrulló. Por lo tanto se podrá saber con más certeza y de forma actualizada cuáles son los niveles de radiación exactos en cada lugar.
Spot logró entrar en la zona altamente radiactiva sin dificultad alguna. La historia nos dice que los robots no se llevan muy bien con la radiactividad. Uno de ellos, enviado precisamente a Chernóbil, murió casi al instante. En Fukushima se probó con distintos robots también, y lo consiguen a duras penas.
Spot, que cuesta unos 75.000 dólares, de momento parece ser que se mantendrá en zonas relativamente seguras para él. En todo caso, es mucho más viable utilizar al robot que enviar a personas a realizar las mediciones de radiactividad del área. Y, además, pocos robots pueden hacer mejor su trabajo ahora mismo que Spot.