El creador de Kipi, el primer robot quechuahablante, asegura que las salas de clases deben convertirse en laboratorios de aprendizaje.

FUENTE: www.iguanarobot.com 

AUTORA: Valentina López, comunicaciones IguanaRobot

Walter Velásquez (33) es profesor de la Escuela Santiago Antúnez de Mayolo, en la provincia de Colcabamba, Perú. Durante la pandemia del Covid 19 desarrolló, en conjunto con sus alumnos, a la robot conocida como “Kipi”. La primera robot quechuahablante fue creada con el objetivo de educar a los niños en el contexto de la pandemia para que estos no perdieran clases debido a los problemas de internet que existen en las comunidades de Los Andes. Por esto, Walter viajaba con Kipi a visitar a sus alumnos y de esta manera les enseñaba en sus casa de forma dinámica.

Es profesor de matemáticas, ciencia, tecnología y además, es técnico en computación e informática. Hace más de 10 años que se dedica a enseñarle a sus alumnos sobre robótica. Recuerda que desde pequeño siempre tuvo pasión por esto. “Siempre me gustó hacer robots de cartón y toda esa línea”, cuenta. Además, señala que todos los veranos viaja la capital de Perú y se especializa en algunas universidades que enseñan cursos de robótica. Parte con su mochila, un poco de ropa, se especializa aún más y luego regresa a su comunidad con ganas de enseñar lo aprendido. 

Kipi y todos sus otros robots, los ha realizado siempre en conjunto con sus alumnos, que viven en una zona con altos índices de vulnerabilidad. “Estamos en una zona vulnerable donde el alto porcentaje de narcotráfico todavía influye en los chicos y no quiero que ellos se involucren en eso, por eso nació este taller, para involucrarnos en algo más creativo e indagatorio”, explica a IguanaRobot

Gentileza Walter Velásquez

Los esfuerzos de Walter han dado grandes resultados ya que ha logrado que sus alumnos realicen grandes proyectos siendo partícipes de concursos nacionales e internacionales de robótica. Para esto, el profesor ha sido un gran líder para su comunidad formando a los alumnos en temas de robótica además, de entregar herramientas para enfrentar diversos desafíos, mejorar su pensamiento crítico, creativo y computacional.  

“La idea no es empezar a formar chicos para que hagan robots, se vayan a la Nasa, o sean científicos, tal vez sí, quién sabe, pero la idea de la robótica, ciencia y tecnología desde mi perspectiva, es que ellos sean solucionadores de problemas”, específica Walter.  De esta manera, el profesor plantea que los jóvenes puedan encontrar soluciones para sus propias comunidades y transformar su entorno social. 

Gentileza Walter Velásquez

Por esto mismo, los proyectos de Walter y sus alumnos siempre han tenido como objetivo principal poder ayudar a la comunidad, Kipi es un ejemplo de esto, al igual que Esteban, otro robot construido por Walter en medio de la pandemia. El colegio donde trabaja fue utilizado como un albergue para las personas que debían hacer cuarentena antes de entrar a la comunidad por ser casos estrechos de Covid 19. “Este robot se encargaba de alcanzarles los alimentos, la medicina y medirles la temperatura. Nosotros estábamos en el taller, que estaba aproximadamente a 100 metros y lo podíamos controlar desde acá con una cámara, para que nadie se arriesgara a contagiarse”, explica Walter. 

Walter siempre ha preferido enseñar de una manera práctica, haciendo que los alumnos realicen prototipos y proyectos. Por lo mismo, habló con el director de su colegio, para poder transformar un salón de clases en un taller científico, que se divide en tres zonas: la mecánica, la electrónica y la informática. Además, tienen mesas de trabajo para crear diseños y varias herramientas que han ido consiguiendo, comprando y donando para el taller. 

Gentileza Walter Velásquez

Sus próximos proyectos

A lo largo de todo este tiempo, Walter y sus alumnos han ido agregando nuevas capacidades a Kipi, actualmente ya tiene casi 18 habilidades distintas y se desarrolla una nueva cada mes. Ante esto, un medio coreano se interesó por las capacidades de Kipi, especialmente por su habilidad de hablar en quechua, por lo que viajaron a Perú a hacer algunas tomas de ella para su programa. Walter y Kipi planean realizar un viaje a Corea del Sur cuando las restricciones del Covid lo permitan. 

Gentileza Walter Velásquez

Ahora, Walter y sus alumnos están trabajando en una nueva versión de Kipi como un juguete tecnológico, que planean lanzar en diciembre. Esta es una versión de bolsillo, mucho más pequeña que la original, por lo que es trasladable y amigable para los niños. “Es una versión más chica, es la misma Kipi, pero del tamaño de una botella de agua y va a tener las mismas capacidades”, explica Walter.

Esta versión va a poder ser controlada desde el celular o también con la voz humana, además, busca que los niños puedan armarla, desarmarla y programar sus movimientos.  “Es una réplica para que los chicos puedan jugar, pero la intención es jugar desde un sentido más indagatorio, más innovador, y además, va a tener varias capacidades muy bonitas, por lo menos va a responder unas 100 preguntas”, concluye Walter Velásquez

Gentileza Walter Velásquez

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