Las compañías reducen costes laborales ahora que muchos estados elevan el sueldo por hora trabajada. A ello se suma que hay 9,3 millones de empleos vacantes en EEUU, en su mayoría en la restauración.
FUENTE: www.lainformacion.com
AUTOR: Sandro Pozzi
El edificio art decó de los estudios Paramount en el Times Square neoyorquino es uno de los más distintivos en la ciudad de los rascacielos. Se construyó justo un par de años antes de que estallara la Gran Depresión. La estructura miraba a un futuro que empezó a cimentar el Flatiron una veintena de calles más abajo, en Broadway, y que elevó hasta las alturas el Empire State. Ahí mismo, la cadena de comida rápida Taco Bell ha estrenado un nuevo concepto de restaurante automatizado. Y no está sola. McDonald´s, Domino´s y White Castle están abriendo ya la puerta a los robots para poder servir sus hamburguesas y pizzas aún más rápido.
Las restricciones para contener la propagación del coronavirus obligaron a los directivos de los grandes nombres del negocio a acelerar planes en los que venían trabajando desde hace tiempo. Kiwibot empezó a hacer realidad la ciencia ficción hace cuatro años, con un robot de cuatro ruedas recorriendo las calles de Berkeley para llevar bocadillos de pollo de Chick-fil-A desde el restaurante hasta los dormitorios de los estudiantes. Es un sistema multimodal, con un robot en el local que recoge los pedidos de la cocina y un triciclo semiautónomo que distribuye los robots por las zonas con más demanda.
Domino´s le dio escala hace unos meses en Houston, Texas, con un vehículo autónomo desarrollado por Nuro. Los clientes que hacen los pedidos de las pizzas a través de su portal en Internet o de la aplicación móvil pueden elegir si quieren que la entrega se la haga el R2 en lugar de un repartidor humano. Es el primer robot de este tipo que cuenta con la autorización del Departamento de Transporte de los Estados Unidos para poder realizar este tipo de servicios. La cadena Chipotle también reveló recientemente que es inversor en Nuro.
La innovación de los restaurantes de comida rápida en EEUU va así más allá de las nuevas ofertas de comida saludable que integran en el menú. Domino´s marcó el camino a seguir en la industria a la hora de facilitar los pedidos online. Esa combinación le permitió capear el confinamiento por la pandemia mejor que las cantinas tradicionales, que sufrieron durante un año restricciones de capacidad impuestas por las autoridades sanitarias en el interior de los locales. Ahora las colas vuelven a formarse ante las cajas y eso plantea otro reto.
El cartel tradicional en el que se detalla el menú desaparece por completo en el local automatizado de Taco Bell y en su lugar se sustituye por una decena de pantallas táctiles desde la que se hace directamente el pedido. El restaurante cuenta a su vez con una entrada separada para recoger la comida que se ordenó a través de la aplicación móvil, que está lista en unos cubículos iluminados con una luz entre violeta y rosa. El objetivo es que la interacción con los empleados sea mínima, para que estén dedicados básicamente a la cocina.
A la disrupción creada por la pandemia se le suma el problema que tienen las compañías en el sector servicios para dotarse de mano de obra. Actualmente hay 9,3 millones de empleos vacantes en EEUU, en su mayoría en la restauración, donde los salarios son más bajos. Las cadenas de comida rápida buscan a su vez reducir los costes laborales, a raíz de las decisiones que se están adoptando en muchos estados para elevar el sueldo por hora trabajada. Los robots, por tanto, son una solución que va más allá de reducir el contacto personal.
La pista más clara en este sentido la acaba de dar Chris Kempczinski, en consejero delegado de McDonald´s. En una conferencia con analistas de Wall Street reveló que está probando en diez locales en Chicago un sistema de pedidos por voz automatizado para los ‘drive-thru’. Y el experimento con los robots se extiende a las cocinas, con freidoras y parrillas que en un futuro serán también autónomas. En este sentido indicó que está invirtiendo mucho dinero en el desarrollo de estas tecnologías para su implantación.
White Castle fue de las primeras en la industria en poner a prueba estas capacidades de los robots el pasado verano, con un brazo articulado para freír de Miso Robotics. El nuevo empleado cibernético se llama Flippy. Buscaba así liberar la cocina para compensar la falta de personal por la pandemia. De un local lo llevó a una decena en Pasadena un par de meses después. Y todo esto sucede mientras la versión 4.0 de Kiwibot recorre ahora las calles de Santa Mónica.