El Hospital Clínic es el único centro de Europa que realiza una intervención robótica para sustituir la válvula aórtica.
FUENTE:es.ara.cat
AUTOR:Albert Diumenjó Segalà
Kati Zapata siempre le ha gustado mucho el deporte y lo ha practicado desde pequeña, aunque nació con un problema congénito en el corazón. Su válvula aórtica, una de las compuertas de salida del órgano encargado de bombear la sangre por todo el cuerpo, no funcionaba correctamente y el corazón debía realizar un sobreesfuerzo para cumplir con sus funciones. Tenía taquicardias constantes y se cansaba con facilidad, pero ella se define como una persona muy tozuda y siguió haciendo lo que le apasionaba a pesar de estas limitaciones. Cuando tenía 49 años, sin embargo, le empezaron a doler las piernas y los brazos, no podía coger los bastones para andar cuando iba a la montaña y el cansancio la incapacitaba. «Cuando me dijeron que debían operarme el corazón se me cayó el mundo encima», reconoce. Ahora bien, la inquietud le duró poco porque fue la primera paciente del programa pionero de cirugía robótica de la válvula aórtica del Hospital Clínic. «[Después de la intervención] En un mes estaba de nuevo en la montaña y en dos meses ya escalaba. Me salvaron la vida», afirma Kati.
El Hospital Clínic comenzó con el programa en 2021 y, desde entonces, ha realizado hasta 21 cirugías de estas características. Es el único centro de Europa que realiza operaciones robóticas para sustituir la válvula aórtica, una cirugía dirigida a todos aquellos pacientes, como Kati, cuya válvula no se abre o no se cierra bien y que no se pueden beneficiar de otras intervenciones como el reemplazo transcatéter, que es la técnica más extendida. Cuando la válvula no se cierra bien, los pacientes padecen una enfermedad llamada estenosis valvular aórtica: se sienten más cansados, tienen dificultades a la hora de respirar, pueden presentar dolor en el pecho, mareos, pérdida de conocimiento e incluso sufrir una muerte súbita. Según la directora del Instituto Clínico Cardiovascular del centro, Marta Sitges, se estima que esta patología afecta a un 4% de la población y es más prevalente en mayores de 75 años. Por este motivo, Sitges prevé que con el incremento del envejecimiento de la población aumente también su prevalencia.
Esta cirugía tiene más beneficios para los pacientes, ya que, a diferencia de otras técnicas, no es necesario romper el esternón para operar el corazón, que siempre ralentiza su recuperación. Con la cirugía robótica basta con realizar unas pequeñas incisiones en las costillas y en la axila para que pasen los brazos del robot y la prótesis que hay que implantar para sustituir la válvula. Es, por tanto, una intervención mucho menos agresiva, que dura unas 3 horas y en la que los pacientes sólo deben estar ingresados en el hospital unos cuatro días. «Incorporar técnicas mínimamente invasivas es muy importante tanto para el confort como para la recuperación del paciente», defiende Sitges.
Apuesta por la cirugía robótica
El responsable del programa de cirugía robótica aórtica del hospital, Daniel Pereda, ha explicado que este tipo de operaciones robóticas son complejas y sólo hay 19 centros en toda Europa que realicen este tipo de cirugía cardíaca. Aún así, aseguró que estas intervenciones son «el futuro» de la cirugía en general y de la válvula aórtica en particular, ya que es una patología cardíaca muy común. Y para seguir progresando en este campo, es necesario «disponer de mejores prótesis y mejores instrumentos diseñados de forma específica para aprovechar las nuevas tecnologías», añade.