Cada vez más sectores recurren a maquinaria inteligente y conectada para automatizar la fabricación y complementar el trabajo humano.
FUENTE: elperiodico.com
Imagina una fábrica. Durante años, tareas repetitivas como la gestión de materias primas, el ensamblaje de piezas y la confección final de productos, sean retretes o coches, quedaba en manos humanas. La aparición de la robótica transformó la industria, pero el uso de inteligencia artificial (IA) y la interconexión masiva de dispositivos promete llevarla más allá, hacia lo que ya se ha apodado como cuarta revolución industrial.
El uso de máquinas robóticas para automatizar las tareas más pesadas y también las más repetitivas es un método habitual para con el objetivo de optimizar la producción. La novedad de esta cuarta revolución en la industria es que pasa porque todos los dispositivos de las fábricas estén conectados entre sí. En esas plantas inteligentes, los robots pueden usar sus sensores para captar datos y compartirlos con otras máquinas para mejorar la calidad de la tarea específica que llevan a cabo y supervisarla para detectar y corregir errores e ineficiencias en la cadena de producción. “Los robots pueden ser nuestros ojos y oídos”, ha apuntado Lan Guan, directora general de estrategia y consultoría de Accenture durante el Mobile World Congress que se celebra estos días en Barcelona y l’Hospitalet de Llobregat.
Es por ello que también está creciendo la inversión en la conectividad que proporciona el 5G, más veloz y con menos latencia en la transmisión de datos, y en una nube potente que pueda gestionar ese gran volumen de datos. Esa conectividad es la columna vertebral que permite que esa fábrica digitalizada pueda funcionar de forma coordinada en tiempo real. “La banda ancha es esencial para mejorar los procesos industriales de fabricación”, ha añadido Jacob Groote, de la empresa de telefonía neerlandesa KPM.
Sin embargo, los robots también evolucionan para ir más allá. “Pueden realizar tareas repetitivas y uniformes de forma más efectiva que los humanos, pero desde Japón ya nos llegan ejemplos de máquinas con capacidad para llevar a cabo tareas más precisas, desde pulir diamantes a cortar fresas”, ha explicado Guan.
Más allá de la evolución que el uso del 5G, la IA y la robótica puedan suponer en la producción industrial, esa transformación también impactará en el mercado laboral. Aunque el objetivo de esas compañías es acelerar la cooperación complementaria entre humanos y máquinas, se prevé que la digitalización desplazará hasta 85 millones de puestos de trabajo en todo el mundo. Abordar esa cuestión también será clave para asegurar que esa revolución industrial sea inclusiva.