Es fácil de utilizar, posee características que permiten a los alumnos aprender de manera interactiva y ha logrado marcar un precedente sobre la nueva forma de hacer educación. Se trata de Simarobot, el primer robot social con fines educacionales.
FUENTE: IGUANAROBOT
AUTORA: CATALINA HERNÁNDEZ. Colaboradora periodística en IGUANAROBOT
La utilización de robots con fines pedagógicos ya es parte del curriculum educativo en varios países de mundo, lo que ha permitido comprobar su eficiencia en el desarrollo cognitivo de niños y niñas en las salas de clase. En este contexto, algunos países de Latinoamérica han apostado por actualizar sus métodos educativos, y la integración de nuevas tecnologías para el aprendizaje parecer ser su carta bajo la manga.
Según un estudio del Foro Mundial Económico, potenciar el desarrollo de las habilidades STEAM (ciencias, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas) en la educación primaria es vital para posibilitar el desarrollo de regiones como América Latina. En base a esto, se han creado diferentes opciones en el ámbito de la robótica para estudiantes, una de ellas, y muy completa, es Simarobot, el primer robot social con fines educativos creado en Chile.
Impreso en un colorido cuerpo 3D, este amigable robot con características antropomorficas posee la capacidad de interactuar con los estudiantes mediante diversas actividades. Su estructura humanoide funciona mediante la conexión bluetooth con cualquier smartphone, mientras que la app que le da vida a Sima se puede descargar desde sistemas operativos como Android e IOs.
En entrevista con IguanaRobot, el CEO y fundador de Sima Technologies, el ingeniero mecánico, Felipe Araya, comentó que la idea surgió luego de no poder encontrar un robot educativo para su hijo. “Sabiendo los beneficios que trae el uso de robots sociales a los niños dijimos bueno, hagamos un robot nosotros, porque traté de conseguir uno para mi hijo y eran muy caros, ahí fue cuando identificamos que había una oportunidad de negocio”, explica.
Además, añade que luego de evaluar el panorama, decidió elaborar un robot que fuera más accesible para los colegios y que trabajara en pos de la educación. “Después de hacer el primer prototipo funcional, postulamos a Startup Chile. Este fue el paso clave, ya que luego de varios procesos de validación, Startup Chile nos permitió probar a Sima con otros niños”.
En este sentido, Felipe es muy categórico y hace énfasis en la diferencia que existe entre los robots educativos y Sima: “El fin de la robótica educativa en general, es desarrollar el pensamiento computacional, en cambio, el de la robótica social en la educación es ocupar las capacidades de comunicación para generar empatía y mejorar los procesos educativos”.
Felipe enfatiza que Sima no sólo ayuda a los niños, sino que es capaz de incorporarse a la dinámica de los profesores, ya que integra los objetivos y lineamientos que dicta el currículum nacional. Esta versatilidad permite que los estudiantes desarrollen habilidades socioemocionales y de lecto escritura, mientras repasan los contenidos generales.
Sima tiene alrededor de 230 actividades educativas, desde educación preescolar hasta tercero básico. “Uno de los mayores aportes que desarrollamos es una plataforma que ayuda a los profes a personalizar las interacciones de Sima con los estudiantes, lo que permite adaptarlos a sus diferentes necesidades, que es algo que ningún otro robot en el mundo tiene”. añade Felipe.
Por otra parte, el impacto que generó Simarobot le otorgó un puesto en la Feria CES de tecnología e innovación que se llevó a cabo en Enero de 2020, en Las Vegas, EE.UU, siendo los únicos latinoamericanos en presentar un proyecto. Felipe comenta que fue una gran oportunidad: “La feria CES fue como la consagración. Para nosotros, el hecho de que nos hayan aceptado y presentado fue un respaldo muy grande, y sin duda, es algo que nos ha abierto muchas puertas”.
Actualmente, debido a la pandemia, SimaRobot ha tenido que adaptarse a la educación a distancia. Felipe comenta que han mejorado las versiones para otros sistemas operativos, e incluso han trabajado en el lanzamiento de un sistema offline que ayude a aquellos niños y niñas que no disponen de conexión a internet, permitiendo reducir la desigualdad en la educación y otorgando a los colegios la oportunidad de utilizar a Sima para reforzar las clases virtuales.
